MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
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En su labor como supervisor bancario, el BCE considera que los esquemas de remuneración representan una dimensión clave de la cultura del riesgo en el seno de las entidades y advierte de que estos planes a menudo se basan en indicadores clave de rendimiento (KPI) para determinar la remuneración variable y que deberían garantizar que los comportamientos estén alineados adecuadamente con la toma de riesgos prudente.
Sin embargo, el banco central apunta que "los KPI no siempre son claros y transparentes" y alerta de que, en muchos casos, estos indicadores "confían excesivamente en el desempeño financiero" en comparación con el riesgo, el control y los aspectos culturales y de comportamiento clave.
En este sentido, señala que, "sorprendentemente", esto también es válido para los empleados bancarios en funciones de control interno e incluso para los propios directores de riesgos, añadiendo que los supervisores también han observado debilidades en la alineación de dichos indicadores con el apetito por el riesgo, en los procesos y controles en torno a la remuneración variable y en la aplicación de cláusulas malus y de recuperación en caso de asunción de riesgos excesivos o mala conducta.
"En general, hay espacio para mejorar en esta área, lo que requiere la atención de los supervisores", concluye el BCE, que seguirá evaluando el progreso de los bancos en la mejora de la cultura del riesgo a través de evaluaciones comparativas entre homólogos, el intercambio de buenas prácticas y el diálogo continuo con el sector, con una escalada supervisora adecuada cuando se identifiquen debilidades clave.
La institución apunta que, como parte de sus prioridades supervisoras para 2023-25, un análisis específico evaluará el "tono desde arriba", ya que esto juega un papel crucial en responsabilizar a las personas por tomar riesgos con prudencia y para lo que el órgano de administración debe poseer colectivamente las habilidades y la experiencia relevantes, tener buena reputación, considerar diversos puntos de vista en las discusiones y ser capaz de desafiar constructivamente a la alta dirección.
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Asimismo, el análisis específico BCE también evaluará la calidad de los procesos de nominación de los bancos y se incorporará al Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (SREP).
CULTURA DEL RIESGO
En su análisis, el supervisor bancario defiende la importancia de una sólida cultura de riesgo, que define como el conjunto de normas, actitudes y comportamientos relacionados con la concienciación, gestión y control de los riesgos en un banco y que da forma a las decisiones diarias de la dirección y los empleados con impacto en los riesgos asumidos.
"Las debilidades en la cultura del riesgo pueden indicar problemas en el futuro, como pérdidas financieras o mala conducta", advierte el BCE, apuntando que, por el contrario, la sólida posición financiera de un banco podría ser engañosa si existe un problema subyacente con la cultura y la conducta.
"Por lo tanto, incluso en períodos de sólida salud financiera, una sólida cultura del riesgo puede ser esencial para prevenir futuras pérdidas que podrían dañar la reputación de un banco", sostiene.
En su labor como supervisor, el BCE considera un desafío observar y medir la cultura del riesgo de la banca porque comprende muchos elementos cualitativos, aunque maneja herramientas específicas como entrevistas con miembros de la junta y representantes de la línea de negocios, asistir a reuniones de la junta, evaluaciones de idoneidad, examinar documentación como políticas, actas o informes e inspecciones in situ.
De este modo, en su análisis la institución señala tres dimensiones clave: el "tono desde arriba", las políticas de incentivos y la responsabilidad y propiedad del riesgo.
En este sentido, el BCE señala que la evidencia muestra que los bancos necesitan mejorar la capacidad para desafiar a los miembros de la junta sobre las decisiones que toman en áreas relacionadas con la cultura de riesgo.
"Una capacidad de desafío limitada también puede dificultar el seguimiento de los hallazgos señalados por las funciones de control y los supervisores", advierte.
Por otro lado, expone la importancia de la rendición de cuentas y la apropiación del riesgo para la buena gobernanza y una adecuada cultura del riesgo, señalando que algunos bancos no asignan claramente las funciones y responsabilidades de las tareas relacionadas con el riesgo y el control, mientras otros cuentan con funciones de gestión de riesgos y cumplimiento que no cuestionan suficientemente las líneas de negocio o, en ocasiones, son anuladas por ellas.