MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
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La profesora asociada Rebecca Dunlop, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Queensland (UQ), dirigió una investigación que analizaba casi dos décadas de datos sobre el comportamiento de las ballenas jorobadas y descubrió que el canto ya no está de moda cuando se trata de seducir.
"En 1997, una ballena macho que cantaba tenía casi el doble de probabilidades de ser vista intentando aparearse con una hembra que un macho que no cantaba", explicó Dunlop.
"Sin embargo, en 2015 la situación había cambiado: los machos que no cantaban tenían casi cinco veces más probabilidades de ser vistos intentando aparearse que los machos que cantaban. Es un cambio de comportamiento bastante grande, así que los humanos no son los únicos sujetos a grandes cambios sociales en lo que respecta a los rituales de apareamiento".
Los investigadores creen que el cambio se ha producido progresivamente a medida que las poblaciones se recuperaban tras el cese generalizado de la caza de ballenas en la década de 1960.
"Si la competencia es feroz, lo último que quiere hacer el macho es anunciar que hay una hembra en la zona, porque podría atraer a otros machos que podrían competir con el cantor por la hembra", explica el Dr. Dunlop.
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"Al cambiar a un comportamiento sin canto, los machos pueden tener menos probabilidades de atraer a la competencia y más de quedarse con la hembra. Si otros machos los encuentran, entonces compiten o se van. En las ballenas jorobadas, la agresión física tiende a manifestarse en forma de embestidas y golpes en la cabeza. Esto conlleva el riesgo de lesiones físicas, por lo que los machos deben sopesar los costes y beneficios de cada táctica", explica.
La Dra. Dunlop dijo que era menos probable que los machos cantaran en presencia de otros machos. "El canto era la táctica de apareamiento dominante en 1997, pero en el espacio de siete años esto ha cambiado", dijo.
"Será fascinante ver cómo se sigue configurando el comportamiento de apareamiento de las ballenas en el futuro".
La coautora, la profesora asociada Celine Frere, dijo que el trabajo previo del profesor Michael Noad de la UQ encontró que la población de ballenas creció de aproximadamente 3.700 ballenas a 27.000 entre 1997 y 2015.
"Utilizamos este rico conjunto de datos, recogidos frente a la playa Peregian de Queensland, para explorar cómo este gran cambio en la dinámica social de las ballenas podría conducir a cambios en su comportamiento de apareamiento", dijo la Dra. Frere.
"Pusimos a prueba la hipótesis de que las ballenas pueden ser menos propensas a utilizar el canto como táctica de apareamiento cuando el tamaño de la población es mayor, para evitar atraer a otros machos a su potencial pareja".
La investigación se publica en Communications Biology.