NUEVA YORK (AP) — Un testigo clave de la fiscalía declaró el lunes que entregó millones de dólares en sobornos destinados al exsecretario de Seguridad Pública mexicano Genaro García Luna, aunque señaló que no habló directamente con éste sobre lo que supuestamente compraba el dinero: impunidad para el cártel de Sinaloa.
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Jesús “El Rey” Zambada, exmiembro de dicho cártel, rindió su testimonio en el juicio por narcotráfico contra García Luna en Estados Unidos, cuatro años después de catalizar el proceso al ventilar acusaciones contra García Luna en el juicio del capo narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán. García Luna fue detenido posteriormente y ha refutado los cargos.
Zambada forma parte de una serie de exmiembros de cárteles y exfuncionarios de las fuerzas de seguridad que han testificado contra García Luna. Zambada hizo conocidas descripciones de envíos de cocaína en aviones, trenes e incluso submarinos, con la complicidad de policías y de funcionarios que estaban bajo la supervisión de García Luna, e incluso del propio secretario de Seguridad Pública, según dijo el testigo que le comentaron.
Zambada afirmó que hizo pagos a García Luna a través de un intermediario que le dijo que el entonces secretario de Seguridad Pública protegería al cártel, el cual era codirigido por el hermano del testigo: Ismael “El Mayo” Zambada.
El intermediario "me dijo que (García Luna) le había comentado que iba a dar protección a mi hermano, que no le iba a molestar, que le iba a dejar trabajar sin problema”, declaró Jesús Zambada.
Afirmó que le dijeron que cuando el cártel quisiera mandos policiales amigables en diversas localidades, García Luna ayudaría. Y, efectivamente, el cártel conseguía colocar a sus mandos preferidos, afirmó Zambada.
El presunto intermediario murió en 2010. Zambada no dijo que haya entregado dinero personalmente a García Luna ni que obtuviera garantías de él.
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De hecho, Zambada dijo que se excusó rápidamente cuando García Luna se presentó antes de lo esperado para una reunión con el intermediario en un lujoso restaurante de Ciudad de México en 2006, en la cual entregó 2 millones de dólares. Zambada declaró a los miembros del jurado que una reunión anterior similar le había costado otros 3 millones de dólares.
Según Zambada, en ambas ocasiones entregó el dinero al intermediario, quien se reunió con García Luna en una sala privada de un restaurante de lujo de Ciudad de México llamado Champs Élysées. Zambada dijo que, al menos la primera vez, esperó en la zona del bar mientras se producían las conversaciones y observó cómo el secretario de seguridad se marchaba con maletas repletas de dinero del cártel.
García Luna indicó el lunes que no tiene previsto declarar en su juicio. A sus abogados aún no les ha llegado el turno de presentar testigos.
Los abogados han argumentado que la acusación se basa en declaraciones de delincuentes poco fiables que cooperan con el gobierno para reducir sus condenas o para vengarse de García Luna por intentar acabar con el narcotráfico.
Al interrogar a Zambada, el abogado defensor César de Castro enfatizó que el testigo admitió haber conspirado para cometer asesinatos para el cártel.
“Eso lo hace responsable de la muerte de estas personas, ¿verdad?”, preguntó el abogado.
“En parte, sí”, respondió el testigo.
Zambada fue detenido en México en 2008 y extraditado a Estados Unidos cuatro años después. Se declaró culpable de delitos relacionados con drogas y de otros cargos que podrían haberle acarreado cadena perpetua.
Finalmente fue condenado a 12 años tras cooperar con el gobierno. Ahora se encuentra en libertad supervisada.
De Castro señaló que Zambada no mencionó a García Luna hasta que se reunió varias veces con fiscales estadounidenses.
García Luna dirigió la Agencia Federal de Investigación de México de 2001 a 2005, y después fue secretario de Seguridad Pública del entonces presidente Felipe Calderón de 2006 a 2012. En este último cargo, García Luna estaba a cargo de combatir a los cárteles del narcotráfico.
En 2012 se mudó a Miami y se convirtió en consultor de seguridad.
Si es declarado culpable, García Luna, de 54 años, podría ser sentenciado a varias décadas en prisión.