PALM BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — Jeff McNeil cree que se adaptará bien a un gran cambio en las Grandes Ligas.
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“Jugaré en una segunda base normal en lugar de un jardín derecho corto. He jugado en la segunda base toda mi vida, entonces no debería ser difícil ajustarme”, indicó el estelar infielder de los Mets de Nueva York, campeón de bateo de las Grandes Ligas.
Los entrenamientos de pretemporada se abren el lunes en Florida y Arizona para los peloteros que tendrán que presentarse temprano, antes del Clásico Mundial de Béisbol. El resto de los pitchers y catchers comenzarán a trabajar dos días después.
Tras un receso de temporada con gastos sin precedentes, en que los Mets de Nueva York se acercaron a una nómina de 370 millones de dólares, la inauguración de la campaña prevista para el 30 de marzo incluirá tres de los mayores cambios desde que se redujo la altura del montículo en la temporada 1969.
— Dos peloteros de cuadro deberán permanecer a cada costado de la intermedia. Y todos los infielders deben estar dentro del límite exterior del cuadro cuando el pitcher haga contacto con la goma.
— El tamaño de la base pasará de 15 a 18 pulgadas cuadradas (de 96 a 116 centímetros cuadrados), con lo que se reducirá la distancia por cuatro pulgadas y media (11 centímetros).
— Se comenzará a usar un reloj de lanzador de 15 segundos sin corredores en base y 20 segundos con corredores.
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“Este ha sido un esfuerzo de ocho años”, reconoció el comisionado de la MLB Rob Manfred el jueves, remontándose al momento en que se formuló el experimento. “Espero que consigamos lo que quieren los aficionados —rapidez, más acción y atleticismo”.
La pretemporada comenzó un mes tarde el año pasado por el paro patronal, y muchos peloteros tuvieron dificultades para firmar acuerdos a toda prisa tras la apertura de los campamentos.
Este receso entre campañas ha transcurrido de manera más normal, y parte de la atención se enfocará en los astros con nuevos equipos: Jacob deGrom (Texas), Justin Verlander (Mets), Trea Turner (Filadelfia) y Xander Bogaerts (San Diego).
Otros equipos tendrán nuevos mánagers como Bruce Bochy (Texas), Matt Quatraro (Kansas City), Pedro Grifol (Medias Blancas de Chicago) y Skip Schumaker (Miami).
Esos pilotos enfrentarán retos muy distintos a los que debieron resolver John McGraw y Connie Mack, o incluso Earl Weaver y Billy Martin.
La época sin límite de tiempo del béisbol duró casi un siglo y medio en un deporte obsesionado con sus pioneros, enfundados en sus uniformes de franela y retratados en fotografías color sepia.
“En el béisbol no hay reloj”, escribió Richard Greenberg, en su obra “Take Me Out”. “¿Qué podría ser más generoso que dar a todos estas oportunidades y el tiempo para aprovecharlas también?".
Resulta que todo ese tiempo muerto se convirtió en una molestia durante una era en que se presta atención por periodos más cortos y en que numerosos espectáculos compiten por ganar público.
La duración promedio de un juego de nueve entradas era de dos horas y media a la mitad de la década de 1950 y pasó a 2:46 en 1989 y 3:10 en 2021 antes de caer ligeramente a 3:04 el año pasado cuando se implementó el dispositivo electrónico PitchCom para enviar señales sobre los lanzamientos.
“Me fascina el reloj de pitcheo”, aseveró el manager de Tampa Bay, Kevin Cash. “Esto acelera el juego. Se tardan mucho. Si estamos enfrentando a los Medias Rojas o a los Yanquis, los juegos terminan durando cuatro horas”.
El uso de un reloj ligeramente más estricto en las menores (14 y 19 segundos en Triple A y 14 y 18 en niveles inferiores) redujo la duración promedio de un encuentro de 3:03 horas en 2021 a 2:38 el año pasado.
“Creo que en abril probablemente habrá algunos incidentes, es inevitable”, reconoció el mánager de Cleveland Terry Francona.