LeBron James tiene 38 años de edad. Está cumpliendo la 20ma temporada de su carrera en la NBA. Es un jugador anciano si se aplican los estándares convencionales del baloncesto.
PUBLICIDAD
La historia indica que ya debía estar en declive. Pero no lo ha hecho, ni de cerca.
Anote eso como otro de los factores que ponen a James en una categoría aparte a otros grandes en sus deportes que lograron mantenerse vigentes por largo tiempo para quedar al frente de las tablas de récords.
El flamante líder anotador de todos los tiempos en la NBA — dio caza a Kareem Abdul-Jabbar la noche del martes, un astro de los Lakers de Los Ángeles apoderándose del récord a expensas de otro — sigue siendo uno de los mejores del baloncesto. Insiste que quiere mantenerse activo durante dos años o tres, quizás más. Podría dejar tan alto el listón del récord de anotación que sería casi que imposible que otro pueda igualarle.
“Sé qué aún puedo jugar a un alto nivel... He podido conseguir varias cosas increíbles en esta liga", dijo James luego de anotar 38 puntos para dejar en 38.390 su producción de por vida — tres más que Abdul-Jabbar, líder de la tabla histórica tras casi 39 años. “Y espero conseguir más cosas increíbles antes de retirarme”.
El elemento desafortunado de los récords de longevidad es lo siguiente: Los jóvenes no los establecen. La autoría de los récords corresponde a jugadores en el ocaso de sus carreras.
“Una analiza el desgaste físico de LeBron, la falta de sueño y los 3 partidos y medio cada semana, cada temporada, y el cómo se cuida", dijo el comisionado de la NBA Adam Silver. “Espero que los más jóvenes presten atención a eso. Todo el que conoce a LeBron sabe cómo se cuida físicamente”.
PUBLICIDAD
Tiger Woods sumó 79 victorias en 295 torneos de la PGA entre 1996 y 2013, un porcentaje de triunfo de 27%, desmedido para el golf. Desde entonces, tras una serie de incidentes fuera del campo y varias lesiones, Woods apenas ha conseguido tres victorias en 62 torneos. Igualó a Sam Snead por el récord de victorias en la gira con 82. Nadie se atrevería poner en duda que Woods pueda encontrar la manera de lograr otra victoria y quedar como el dueño absoluto del récord, pero pocos creerán que será posible.
Incluso Abdul-Jabbar, al alcanzar a Wilt Chamberlain en 1984, vio cómo su producción mermó. Previo al récord, Abdul-Jabbar promediaba 27 puntos por juego. Posteriormente, 17,7 puntos.
“Kareem fue un jugador excepcional durante toda su carrera, incluso después de fijar el récord", dijo Pat Riley, su entrenador con los Lakers y ahora presidente del Heat de Miami. “El récord no cambia nada para él”.
Han habido dos notables excepciones a la noción de que la producción del jugador casi siempre se desploma tras fijar un récord en las grandes ligas del deporte profesional de Estados Unidos.
James es el primero. Kobe Bryant promedió 17,6 puntos en su 20ma temporada, un récord para cualquiera que se mantuvo tanto tiempo activo en la NBA. Es un récord que está por caer. James promedia 30 por juego en su 20ma campaña.
Tom Brady fue el otro. El recién retirado siete veces campeón del Super Bowl nunca aflojó tras alcanzar a Drew Brees por los tres grandes récords que un quarterback pude ostentar — más pases completos, más touchdowns y más yardas.
Consideren lo que Brady logró esta temporada, su 23ra, con 45 años de edad: 4.694 yardas, 25 pases de touchdown, 490 pases completos (récord personal), 733 intentos (récord personal y líder de la liga). Quizás no fue su mejor año, pero de todas formas fue muy prolífico.
Brady nunca flaqueó.
Hasta ahora, se puede decir lo mismo de James. Sigue desafiando el paso del tiempo.
Y ahora hay que sentarse a apreciar cuántos puntos más añade a este total. Salvo lesiones, la barrera de los 40.000 puntos está al alcance. Si juega dos o tres temporadas más, los 42.000 o 43.000 puntos no son una quimera.
“Va a ampliar muchísimo este récord", comentó Abdul-Jabbar el ser entrevistado por la cadena TNT tras el partido del martes. “Será interesante cuán lejos llegará”.