YUBA, Sudán del Sur (AP) — El papa Francisco, en una novedosa misión ecuménica de paz al país más nuevo del mundo, advirtió el viernes a los líderes políticos de Sudán del Sur que la historia los juzgará con dureza si siguen demorando la puesta en práctica de un acuerdo de paz de 2018.
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Lo acompañaron en el país de mayoría cristiana el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia Escocesa, el reverendo Iain Greenshields. Su esperanza es echar luz sobre lo que el papa ha llamado una “crisis olvidada”.
Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en 2011, ha padecido desde entonces guerras civiles y conflictos.
En una jornada de 35 grados Celsius (96 Fahrenheit), miles de personas ulularon y cantaron cuando el presidente Salva Kiir recibió a los jerarcas religiosos en el aeropuerto de Yuba, la capital. Cristianos, musulmanes y bailarines tradicionales con banderas del Vaticano, Sudán del Sur y Gran Bretaña saludaron al paso de la caravana de autos.
“El papa es el más cercano a Dios”, afirmó uno de los presentes, Poni Jadalla, de 45 años, mientras aguardaba para dar la bienvenida a Francisco, el primer pontífice que visita el país. “Que el papa nos dé la paz para que este país pueda desarrollarse y cese el derramamiento de sangre”.
Los jerarcas católico, anglicano y presbiteriano exhortaron a los dirigentes políticos que dejen de lado sus diferencias y trabajen por el bien de su pueblo.
En su primer discurso en el país, Francisco se dirigió a los antiguos rivales Kiir y Riek Machar, reunidos en el jardín del palacio presidencial.
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“Las generaciones futuras venerarán sus nombres o los borrarán de su memoria, según lo que hagan ustedes ahora”, declaró el papa. “Porque, así como el Nilo deja sus fuentes para emprender su curso, el curso de la historia dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a los verdaderos pacificadores”.
Kiir, Machar y otros dirigentes firmaron en 2018 el acuerdo de paz para poner fin a cinco años de guerra civil en los que murieron cientos de miles de personas, pero las cláusulas del acuerdo, que incluyen la creación de un ejército nacional unificado, casi no se han aplicado. Las demoras han obligado a aplazar la primera elección presidencial durante dos años más.
Mientras tanto, continúan los enfrentamientos y esta semana un ataque en el sur dejó como saldo 27 muertos. Juntamente con las inundaciones del año pasado, la violencia ha desplazado a 2 millones de personas y la ONU advierte que las carencias humanitarias están por las nubes.
Francisco y Welby anunciaron su intención de visitar Sudán del Sur en 2017, pero los problemas de seguridad impidieron varias veces el viaje. En 2019, Francisco presidió un oficio de oración en el Vaticano, en que se arrodilló y besó los pies de los líderes sursudaneses para rogarles que hicieran las paces.
“Ese gesto de humildad no fue en vano”, dijo Kiir, que es católico, al recibir a Francisco en Yuba y comprometerse nuevamente con el proceso. Recordó que en el momento de ese gesto extraordinario, Machar vivía en el exilio, pero que ahora los dos “estamos aquí sentados, trabajando colectivamente para aplicar” las disposiciones del acuerdo.
Francisco instó a los dirigentes a dejar de lado las aspiraciones personales de poder. Exclamó “¡Basta!” y dijo: “Basta de derramamiento de sangre. Basta de conflictos. Basta de violencia y recriminaciones mutuas sobre quién es el responsable. Basta de dejar a vuestro pueblo sediento de paz”, dijo. “Dejen el tiempo de guerra atrás y que amanezca el tiempo de paz”.
Pidió que termine la corrupción y que se preste atención en particular a las mujeres y que sean incluidas en la toma de decisiones. “Quien comete un acto de violencia hacia una mujer, lo comete contra Dios”, dijo Francisco.
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Las periodistas de The Associated Press Cara Anna y Evelyne Musambi en Nairobi contribuyeron a este despacho.
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