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Acusan a grupo ecologista libanés de ser brazo de Hezbollah

KFAR TIBNIT, Líbano (AP) — En las afueras de esta aldea del sur del Líbano, trabajadores en una camioneta se estacionaron en una reserva natural que lleva el nombre de un combatiente caído del grupo extremista Hezbollah. Sacaron del vehículo dos plántulas grandes de eucalipto y las plantaron.

Los hombres pertenecen a la organización no gubernamental Verdes sin Fronteras, que dice tener como objetivo proteger las áreas verdes de Líbano y plantar árboles, pero Israel, Estados Unidos y algunos en Líbano acusan a la ONG de ser un brazo de Hezbollah para ocultar sus actividades extremistas. Sostienen que la organización establece puestos de avanzada para el grupo radical a lo largo de la frontera con Israel. El mes pasado, los residentes de la sureña aldea cristiana de Rmaych, cerca de la frontera, dijeron que se encontraron con hombres armados en un puesto de avanzada de la organización que les bloqueaba el acceso a sus tierras de cultivo.

Verdes sin Fronteras niega cualquier vínculo con Hezbollah, que también rechaza todo nexo con el grupo ambientalista.

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“No somos un brazo de nadie”, sostuvo a The Associated Press Zouher Nahli, director de Verdes sin Fronteras. “Como asociación ambiental trabajamos para toda la gente y no estamos politizados”, agregó mientras hablaba en la reserva natural Bassam Tabaja —llamada así por un combatiente de Hezbollah asesinado en Siria en 2014—, donde la ONG ha plantado cientos de árboles.

Dijo que la financiación de la organización proviene de los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura, así como de los libaneses ricos que se preocupan por el medio ambiente y algunos municipios, principalmente en el oriental valle de Bekaa y el sur del Líbano. Dijo que él es un empleado del Ministerio de Agricultura.

Desde que inició sus operaciones en 2009, el grupo ha ayudado a plantar alrededor de 2 millones de árboles, aseguró Nahli.

Israel y Hezbollah son archienemigos que han librado varias guerras en las últimas décadas y la más reciente terminó en agosto de 2006. El conflicto de 34 días mató a 1.200 en Líbano, en su mayoría civiles, y 160 israelíes, en su mayoría soldados.

La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a esa guerra puntualizó que la zona fronteriza debe estar libre de “cualquier personal armado, activos y armas” que no sean del gobierno y de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Después de la guerra, miles de soldados libaneses fueron desplegados en la zona fronteriza, y fue reforzada la fuerza provisional de las Naciones Unidas en Líbano, conocida como FPNUL (o UNIFIL, por sus siglas en inglés), y que ha estado presente allí desde 1978.

En un informe de noviembre, la FPNUL dijo que contenedores de carga e inmuebles prefabricados, algunos de ellos con letreros visibles de Verdes sin Fronteras, fueron instalados en 16 sitios a lo largo de la frontera. En varios casos, se impidió que las patrullas de la FPNUL se acercaran a los lugares, aseguró.

El ejército israelí afirma que Hezbollah utiliza los puestos de avanzada de la ONG en la frontera para recopilar información de inteligencia.

Durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en septiembre, Richard Mills, embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, denunció que la proliferación de puestos de avanzada del grupo a lo largo de la frontera obstruye el acceso de la FPNUL y “está aumentando las tensiones en el área, demostrando aún más que este supuesto grupo ambientalista está actuando a nombre de Hezbollah”.

En el encuentro, el Consejo aprobó por unanimidad una resolución que condena enérgicamente el acoso, la intimidación, los ataques y las restricciones a la FPNUL.

El mes pasado, un miembro irlandés de las fuerzas de paz de la ONU murió y varios más resultaron heridos cuando varios atacantes abrieron fuego contra un convoy de la FPNUL en el sur de Líbano. Hezbollah negó cualquier relación con el ataque.

Nahli dijo que no estaba al tanto de que su organización instalara ningún contenedor de carga o inmueble prefabricado. “Lo único que hacemos a lo largo de la frontera es proteger los bosques y todas las afirmaciones son ilógicas y sin fundamento”, sostuvo.

Los residentes de las fronterizas aldeas chiíes que apoyan a Hezbollah elogian a la ONG. Está “haciendo el bien para el medio ambiente y plantando árboles a lo largo de la frontera. Estamos muy contentos con su trabajo”, afirmó Salah Rammal, dueño de una tienda en la aldea fronteriza de Odaisseh.

No obstante, los residentes de la aldea cristiana de Rmaych se han quejado desde hace años de una posición creada por Verdes sin Fronteras en tierras de cultivo en un valle cercano que pertenecen a familias del pueblo. Dicen que la organización no plantó ningún árbol allí y que de hecho cortó árboles y abrió un camino de tierra de 1,6 kilómetros (1 milla) en su terreno.

“Es una tapadera para que Hezbollah cree posiciones. No tenemos problemas con Hezbollah, pero debería estar fuera de nuestras tierras”, expresó Bassam al-Haj, un maestro en Rmaych.

En diciembre, al-Haj y otros residentes fueron al puesto de avanzada y confrontaron a los hombres allí. Al-Haj dijo que algunos de los hombres en el sitio estaban enmascarados y armados, y que el puesto de avanzada incluía varias habitaciones, una tienda de campaña y una cerca que bloqueaba las tierras de cultivo de la aldea.

Los residentes y los hombres discutieron, afirmó. Uno de los hombres le dijo a uno de los residentes que videogrababa el encuentro: “Te aplastaremos si no borras las fotos que tomaste”, agregó al-Haj.

Días después de la confrontación, un funcionario de Hezbollah y miembros de la ONG visitaron la aldea y se reunieron con los residentes en la oficina del alcalde, afirmó el padre Najib al-Ameel, un sacerdote de Rmaych que asistió a las conversaciones.

El alcalde y los residentes pidieron que quitaran el puesto, manifestó. Al-Ameel recordó que le dijo al funcionario de Hezbollah: “No aceptaremos a nadie más que al ejército libanés para protegernos”. Unos días después, Verdes sin Fronteras quitó el puesto y ahora los residentes pueden acceder libremente a sus tierras, añadió.

Nahli dijo que los medios habían exagerado el incidente en Rmaych y se negó a dar detalles. Anteriormente, Hezbollah ha culpado de las fricciones en Rmaych a los miembros del partido cristiano Fuerzas Libanesas, que es uno de los críticos más duros de Hezbollah.

Cuando se le preguntó si las fuerzas de mantenimiento de la paz podían visitar los sitios de la organización, Andrea Tenenti, vocero de la FPNUL, respondió: “Tuvimos la posibilidad, por supuesto, de monitorear toda el área de operaciones y también las zonas y los lugares donde operaba Verdes sin Fronteras”.

Sostuvo que no ha habido “una violación de (la) 1701”, la resolución del Consejo de Seguridad que puso fin a la guerra de 2006.

Nahli alegó que el trabajo de Verdes sin Fronteras es muy necesario. En las últimas décadas, Líbano ha experimentado una de las peores tasas de deforestación del mundo, algo que —agregó— se ha acelerado desde que la economía colapsó, a partir de finales de 2019, cuando la gente pobre taló árboles a fin de usar la madera para calentar sus hogares. El área boscosa se ha reducido del 25% del territorio del país a apenas el 3% ahora, puntualizó.

“Estamos tratando por todos nuestros medios, en coordinación con todas las autoridades involucradas, de evitar más deforestación”, añadió.

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