MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
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El proceso intentará poner fin a un sangriento conflicto que ha costado las vidas de miles de personas desde su estallido en 2017, cuando los movimientos separatistas de las regiones anglófonas de Camerún --Noroeste y Suroeste-- declararon en forma de autoproclamación, el 1 de octubre de ese año, la independencia de la llamada Ambazonia.
"Canadá saluda el acuerdo de las partes de iniciar un proceso para llegar a una solución integral, pacífica y política del conflicto" ha anunciado la ministra Joly en un comunicado en el que confirma que su país "ha aceptado el mandato de facilitar este proceso, como parte de nuestro compromiso de promover la paz y la seguridad y promover el apoyo a la democracia y los Derechos Humanos".
La ministra ha recordado que el conflicto ha costado las vidas de más de 6.000 personas y el desplazamiento forzado de 800.000. El impacto en la educación ha sido terrible, dado que unos 600.000 niños se han quedado sin disfrutar de un sistema educativo a pleno rendimiento.
La fase inicial de este proceso de paz comprenderá la formación de comités técnicos que comenzarán a trabajar para desarrollar "medidas que fomenten la confianza entre los participantes", comenzando por el Gobierno de Camerún y siguiendo con los grupos separatistas.
Entre estos participantes, el comunicado del Gobierno canadiense menciona al llamado Consejo de Gobierno de Ambazonia, la Fuerza de Defensa de Ambazonia el Movimiento de Liberación Popular Africano y la Fuerza de Defensa del Sur de Camerún, el llamado Gobierno en Funciones y el Equipo de Coalición de Ambazonia.
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"Las partes expresan su esperanza de que otros grupos se unan a este proceso", remacha la nota, publicada en la página web del Ministerio de Exteriores canadiense.
Comienza así un nuevo intento para estabilizar la región anglófona tras el fracaso de un intento de negociación para la concesión de un "estatus especial" para ambas zonas en 2019, dos años después del estallido de los combates tras el fracaso de los intentos pacíficos de reivindicación de los movimientos separatistas en una zona otrora parte de las colonias británicas en África pero que decidieron unirse al Camerún francés.
Desde entonces, los grupos armados empezaron a proliferar y el apoyo a los separatistas, en principio bastante marginal, comenzó a crecer. El Gobierno camerunés respondió mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos acusaron a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades, hasta el comienzo de los combates en firme contra los movimientos armados.