Miles de brasileños simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, invadieron el Supremo Tribunal Federal, el palacio presidencial y el Congreso el 8 de enero en un episodio muy similar a la insurrección del Capitolio de Estados Unidos en 2021.
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Los grupos lograron superar las barricadas de la policía a lo largo de la avenida principal de Brasilia y allanar los edificios, dañar muebles, destrozar ventanas y destruir obras de arte.
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Mientras desencadenaban el caos en la capital, Bolsonaro estaba recluido en Florida, hogar de su aliado, el expresidente estadounidense Donald Trump. El incidente desató acusaciones de que las acciones de Bolsonaro azuzaron las llamas de la disidencia y a la larga derivaron en el alzamiento.
¿Quiénes son estos manifestantes y qué quieren?
Los inconformes son partidarios acérrimos de Bolsonaro, y algunos de ellos acamparon frente a un cuartel militar de Brasilia desde que Bolsonaro perdió las elecciones presidenciales del 30 de octubre y rechazan los resultados de la contienda.
Otros viajaron a Brasilia el fin de semana a bordo de autobuses. Exigieron una intervención militar para destituir al recién investido presidente Luiz Inácio Lula da Silva, bajo el argumento de que es un ladrón que conducirá al país hacia el comunismo, y para restablecer a Bolsonaro en el poder.
¿Cómo llegó Brasil a este punto?
A lo largo de su gobierno, Bolsonaro arremetió contra los jueces del Supremo Tribunal Federal por iniciar investigaciones en contra suya y de algunos aliados.
En reiteradas ocasiones señaló al juez Alexandre de Moraes, que presidió la autoridad electoral durante los comicios, y en un momento dado puso a Brasil al borde de una crisis institucional al amenazar con desobedecer cualquier fallo futuro de De Moraes.
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Bolsonaro también sembró dudas sobre la confiabilidad de las urnas electrónicas de Brasil, y después se negó a reconocer que había perdido.
Tras su derrota desapareció de la vista del público en gran medida, aunque se dirigió a sus simpatizantes en una ocasión para asegurarles que tenían el poder en sus manos y que él controla las fuerzas armadas. Sus partidarios estaban esperanzados de que Bolsonaro o los militares encabezarían una intervención para revocar los resultados.
¿Qué ha declarado Bolsonaro sobre el Sistema Electoral y las elecciones?
Bolsonaro insistió en que el sistema de votación electrónica debería incluir un recibo impreso para permitir auditorías, pero en 2021 la Cámara de Diputados votó en contra de la propuesta para realizar ese cambio, y las autoridades electorales dicen que los resultados ya se pueden verificar.
Expertos en seguridad consideran que la votación electrónica es menos segura que la efectuada con boletas de papel llenadas a mano porque no deja un rastro de papel que se pueda auditar.
No obstante, el sistema de Brasil es escudriñado muy de cerca y las autoridades internas y los observadores internacionales nunca hallaron evidencia de que haya sido empleado para cometer fraude desde que se adoptó en 1996.
Tras las elecciones de 2022, Bolsonaro y su partido le solicitaron a la autoridad electoral que anulara millones de votos emitidos en la mayoría de las urnas electrónicas que tenían una falla en el software: Las máquinas carecían de números de identificación individuales en sus registros internos.
La petición no explicaba cómo dicha falla podía alterar los resultados, y expertos independientes aseguraron que no socavaría la confiabilidad de ninguna manera. El presidente de la autoridad electoral descartó la solicitud de inmediato e impuso una multa de varios millones de dólares al partido por lo que dijo fue un intento de mala fe.
¿Cuáles son los vínculos de Bolsonaro con Trump y sus aliados?
Trump fue uno de los pocos aliados de Bolsonaro en el extranjero, y con frecuencia el mandatario brasileño elogiaba el liderazgo de su contraparte estadounidense, e incluso publicaba fotos de sí mismo viendo los discursos de Trump.
Bolsonaro y su hijo legislador Eduardo visitaron a Trump en su mansión de Mar-a-Lago, y los dos asistieron a cenas en casa de Steve Bannon.
Este añejo aliado de Trump hizo eco de los alegatos de Bolsonaro sobre el sistema de votación electrónica antes de las elecciones de octubre y, tras el alzamiento del 8 de enero en Brasilia, dijo que los manifestantes eran “defensores brasileños de la libertad” en un video en redes sociales.
Eduardo Bolsonaro asistió en repetidas ocasiones a la Conferencia Política de Acción Conservadora en Estados Unidos, posicionándose como el rostro internacional del movimiento de derecha que encabeza su padre, y estrechó lazos con sus contrapartes estadounidenses.
Jason Miller, exestratega de campaña de Trump, también se reunió con Eduardo en Brasil. En la víspera de la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, Eduardo estaba en Washington, y se reunió con Ivanka Trump y con Mike Lindell, director general de My Pillow, una empresa que fabrica almohadas y que patrocinó actividades políticas conservadoras.
Después de que Trump no lograra ser reelegido, el entonces presidente Bolsonaro aguardó cinco semanas antes de reconocer la victoria de Joe Biden. Fue uno de los últimos gobernantes mundiales en hacerlo.
¿Por qué está Bolsonaro en Estados Unidos?
Bolsonaro voló a Florida dos días antes de que Lula fuera investido el 1 de enero, cuando es tradición que el presidente saliente le entregue la banda presidencial a su sucesor.
En lugar de haber hecho eso, Bolsonaro se estableció temporalmente en casa de un expeleador de artes marciales mixtas de origen brasileño a las afueras de Orlando. No ha especificado los motivos de su partida, analistas especularon que se trata de un intento de evadir un posible enjuiciamiento relacionado con varias investigaciones en curso en su contra, de que sus simpatizantes lo culpen por no haber movilizado a las fuerzas armadas, o de ser responsabilizado por las acciones de ellos.