MARATHON, Florida, EE.UU. (AP) — Más de 500 migrantes cubanos han desembarcado en los Cayos de Florida desde el fin de semana, parte de un creciente número de personas que huyen de la isla y ponen a prueba a las agencias fronterizas estadounidenses en tierra y en el mar.
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Se trata de un peligroso viaje de 160 kilómetros (100 millas), a menudo en embarcaciones desvencijadas, en el que han perecido miles a lo largo de los años, pero cada vez son más los cubanos que se arriesgan debido a la crisis política y económica en su país. Un pequeño número de haitianos también están huyendo de los problemas económicos y políticos de su país y llegan a Florida en bote.
La Guardia Costera intenta interceptar a los migrantes cubanos en el mar y devolverlos. Desde que comenzó el nuevo año fiscal en Estados Unidos, el 1 de octubre, unos 4.200 han sido detenidos en el mar, es decir, unos 43 al día. En comparación, fueron detenidos 17 por día en el año fiscal anterior y sólo dos por día durante el año fiscal 2020-2021.
Pero un número desconocido ha logrado llegar a tierra y es probable que consigan quedarse.
“Yo preferiría morirme por lograr mi sueño y ayudar a mi familia. La situación en Cuba no está muy buena”, dijo Jeiler del Toro Díaz a El Nuevo Herald poco después de llegar a Key Largo.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que emitiría una declaración el miércoles, pero aún no lo había hecho.
El Parque Nacional Dry Tortugas, un grupo de siete islas a 110 kilómetros (70 millas) al oeste de Key West, permaneció cerrado a los visitantes el miércoles mientras las autoridades evacuaban a los migrantes cubanos que desembarcaron allí estos últimos días. Normalmente, unos 255 turistas al día llegan en barco e hidroavión para recorrer las islas y el Fuerte Jefferson, construido hace 160 años. Las autoridades dijeron desconocer cuándo será reabierto.
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En Marathon, a unos 72 kilómetros (45 millas) al noreste de Key West, aproximadamente una veintena de migrantes estaban detenidos en un área cercada afuera de una estación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza donde se habían erigido tiendas para proporcionarles sombra. Cuando periodistas de The Associated Press intentaron hablar con ellos a través de la cerca, empleados de la Patrulla Fronteriza les dijeron que se fueran.
Ramón Raúl Sánchez, del grupo cubano-estadounidense Movimiento Democracia, fue a los Cayos el miércoles para examinar la situación. Dijo a The Associated Press que se encontró con un grupo de 22 cubanos que acababan de llegar. Estaban parados a lo largo de la carretera principal, esperando a que las autoridades estadounidenses los recogieran. Sánchez y funcionarios de los Cayos dijeron que el gobierno del presidente Joe Biden necesita brindar una respuesta más coordinada.
“Hay una crisis migratoria y humanitaria, y es necesario que el presidente responda ayudando a las autoridades locales”, declaró Sánchez.
Los cubanos están dispuestos a correr el riesgo porque los que logran llegar a suelo estadounidense casi siempre consiguen quedarse, aunque su estatus migratorio sea poco claro. También llegan por tierra, volando a Nicaragua y luego viajando hacia el norte a través de Honduras y Guatemala hasta México. En el año fiscal 2021-2022, unos 220.000 cubanos fueron detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México, casi seis veces más que el año anterior.
Callan García, un abogado de inmigración de Florida, dijo que la mayoría de los cubanos que llegan a suelo estadounidense les dicen a los agentes de la Patrulla Fronteriza que no pueden encontrar un trabajo adecuado en casa. Luego son clasificados con la etiqueta de “expulsión expedita” por haber ingresado ilegalmente al país. Pero eso no significa que serán deportados rápidamente, o que lo serán.
Dado que Estados Unidos y Cuba no mantienen relaciones diplomáticas formales, el gobierno estadounidense no tiene forma de repatriarlos. Los cubanos son dejados en libertad, pero se les ordena ponerse en contacto periódicamente con las autoridades federales de inmigración para confirmar su dirección y su situación. Se les permite obtener permisos de trabajo, licencias de conducir y números de Seguro Social, pero no pueden solicitar la residencia permanente ni la ciudadanía estadounidense.
García dijo que eso puede durar el resto de sus vidas. Algunos cubanos que llegaron en el éxodo del Mariel en 1980 todavía están catalogados con la etiqueta “expulsión expedita”.
Simplemente están aquí con una orden de expulsión que no se puede ejecutar, señaló García.
Un pequeño porcentaje de inmigrantes cubanos les dicen a los agentes de la Patrulla Fronteriza que huyen de la persecución política y reciben un “permiso condicional humanitario”, indicó García. En virtud de la Ley de Ajuste Cubano de 1966, quedan en libertad hasta que puedan comparecer ante un juez de inmigración para exponer su caso. Si se aprueba, pueden recibir la residencia permanente y más tarde solicitar la naturalización.
Por otro lado, los migrantes haitianos casi siempre son expulsados, a pesar de que la persecución política y la violencia abundan en Haití, junto con graves dificultades económicas.
“Esa incoherencia es algo que los defensores de los derechos de los inmigrantes siempre han señalado”, dijo Garcia.
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Spencer informó desde Fort Lauderdale, Florida. La periodista de The Associated Press Gisela Salomón contribuyó a este despacho desde Miami.