MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
La mitad de todos los niños y niñas somalíes, hasta 1,8 millones de menores de cinco años, sufren desnutrición aguda a raíz de la hambruna que afecta al país. Plan Internacional ha alertado de que 513.000 niños están gravemente desnutridos debido a la mayor sequía en cuarenta años y a causa también del conflicto entre Ucrania y Rusia, desde donde se importa la práctica totalidad de su trigo.
Cinco temporadas sin lluvias hacen que 7,8 millones de personas en Somalia padezcan hambre y se estima que más del 50% de los jóvenes sufrirán desnutrición en junio de 2023 si sigue esta tendencia. Un total de 1,17 millones de personas han tenido que huir de sus hogares debido a la emergencia.
La ONG añade que 14 millones de personas sufren hambre por la sequía en Somalia, norte de Kenia y sur de Etiopía, los países del llamado Cuerno de África. Esta crisis también ha interrumpido la educación de 1,4 millones de niños este año, de las cuales 420.000 nunca volverán a clase.
Ante esta situación, Plan International llama a la protección de la infancia, en particular de las niñas en Somalia, un país al borde de la hambruna. "No pueden esperar y pedimos a los donantes y a los Estados que inviertan con urgencia en acciones de prevención y respuesta desde un enfoque de edad y de género para garantizar la protección de la infancia, la salud y nutrición de las madres, los servicios y la educación en salud sexual y reproductiva, y la lucha contra la violencia de género", ha declarado la directora general de la ONG, Concha López.
La hambruna que se avecina sobre Somalia podría ser incluso peor que la de 2011, cuando 260.000 personas perdieron la vida. La mitad de los fallecidos fueron niños menores de cinco años. Actualmente, el hospital de Baidoa, al sur del país, recibe entre 300 y 400 niños y niñas desnutridos cada mes.
Las mujeres jóvenes y las niñas de Somalia se enfrentan a una doble crisis producto de la sequía y el conflicto interno, activo desde hace más de tres décadas, cuyos efectos aumentan peligrosamente la inseguridad y las dificultades a las que se enfrentan para acceder a servicios y recursos, incluyendo la asistencia humanitaria.
PUBLICIDAD
La crisis del hambre impacta terriblemente sobre la infancia: 45 millones de menores de 5 años sufren emaciación, una forma de desnutrición que provoca una de cada cinco muertes en niños y niñas de esa edad. Con los mismos años de vida, 149 millones de niños y niñas padecen un retraso en el crecimiento por falta de nutrientes, lo que ocasiona ciclos intergeneracionales devastadores en mujeres y niñas.
Así, una niña malnutrida y con retraso en el crecimiento, también lo será en su edad adulta y el 32% de las mujeres del mundo sufren inseguridad alimentaria moderada o grave. Si dan a luz, existe un alto riesgo de que sus bebés nazcan con bajo peso, desnutridos y con peligro de estarlo durante toda su infancia.
Las niñas y mujeres también suelen comer menos y, en último lugar, en los países afectados por la crisis del hambre. Además, la pobreza y la escasez empuja a las familias a recurrir a formas de supervivencia especialmente nocivas para ellas, que conllevan el aumento del riesgo de matrimonios infantiles, de embarazos no deseados, de abandono escolar, de explotación laboral y sexual, y de otros abusos que incluyen la mutilación genital femenina.
OBJETIVO: RECAUDAR 60 MILLONES PARA ATENDER A LA POBLACIÓN MÁS VULNERABLE
Desde principios de año, Plan International responde a la sequía en todo el Cuerno de África y ha mantenido activa la alerta roja por hambre en ocho países de la región, incluyendo Somalia. La organización trabaja ampliando su respuesta mediante la distribución de alimentos, la asistencia con dinero en efectivo y cupones, las comidas escolares, la detección de la malnutrición y los suplementos nutricionales.
También ha intensificado las medidas de protección y apoyo a los medios de vida, como la alimentación complementaria del ganado, y el suministro de semillas y bienes agrícolas.
Asimismo, la organización exige proporcionar urgentemente, con fondos disponibles de inmediato y flexibles, los 22.200 millones de dólares necesarios para evitar la hambruna de 50 millones de personas y promover la resiliencia de 147 millones de personas. En este sentido, Plan International busca recaudar 60 millones para atender a la población más vulnerable en los ocho países prioritarios de la crisis, de los que 5 millones se destinarán a financiar la respuesta en Somalia.
Tambiénp plantea reforzar el esfuerzo diplomático para atajar las causas de los conflictos, ya que el vínculo entre conflicto/inseguridad y hambre es un hecho probado, así como garantizar el acceso de los actores humanitarios y promover las condiciones de seguridad.
Proponen además no desviar fondos de hambre a otras emergencias, incluido el conflicto en Ucrania, y disponer de una financiación adecuada, oportuna y flexible basada en indicadores de alerta temprana.
Por último, plantea aumentar los costes políticos de quienes utilizan el hambre como arma de guerra, para lo que considera que el Consejo de Seguridad de la ONU debe mejorar la acción colectiva para abordarla en todas las situaciones de conflicto y cumplir con sus compromisos en la Resolución 2417, así como aumentar la financiación para la protección de la infancia con perspectiva de género, la prevención de la violencia de género, el desarrollo de la primera infancia y los servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos, y la alimentación escolar.