KIEV, Ucrania (AP) — Rusia rechazó el viernes las demandas occidentales de que se retire completamente de Ucrania como parte de cualquier conversación futura para poner fin a la guerra, alegando que tales exigencias excluyen de hecho cualquier conversación para resolver el conflicto.
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Mientras tanto, continúan los ataques rusos y un funcionario ucraniano dijo que su país había perdido entre 10.000 y 13.000 soldados ucranianos en los nueve meses de guerra contra Rusia
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, reiteró que el presidente ruso Vladimir Putin sigue abierto al diálogo, pero que el reclamo occidental de que Moscú retire previamente sus tropas es inaceptable.
Putin habló el viernes por teléfono con el canciller alemán Olaf Scholz, quien dijo claramente a Putin que “debe haber una solución diplomática lo antes posible, lo que incluye el retiro de las tropas rusas”, informó la oficina de Scholz.
El jueves, el presidente estadounidense Joe Biden dijo que estaría dispuesto a hablar con Putin si este demostrara que realmente quería poner fin a la invasión y retirarse de Ucrania.
En una declaración después de la conversación telefónica con Scholz, el Kremlin informó que Putin culpó nuevamente a Occidente por alentar a Ucrania a prolongar la guerra al suministrarle armas.
Putin agregó que los ataques rusos a la infraestructura de Ucrania eran “forzados e inevitables”, después de que Ucrania presuntamente bombardeó un puente en la península de Crimea —que Rusia arrebató a Ucrania en 2014— e instalaciones eléctricas.
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Las fuerzas rusas están bombardeando la infraestructura ucraniana desde octubre, lo que priva de electricidad a millones de personas en medio del frío invernal. La oficina de Scholz dijo que en la conversación telefónica “condenó en particular los ataques aéreos rusos a la infraestructura civil” y dijo que Alemania seguía comprometida a ayudar a Ucrania a defenderse.
Las fuerzas rusas mantuvieron los ataques con cohetes a la infraestructura e incursiones aéreas contra posiciones del ejército ucraniano en la línea de contacto, informó el viernes el Estado Mayor ucraniano y añadió que el avance militar ruso se dirige hacia una decena de poblaciones, entre ellas Bakhmut y Avdiivka, blancos cruciales de los rusos en el este.
Un asesor del presidente de Ucrania indicó que, según jefes militares, entre 10.000 y 13.000 soldados ucranianos han muerto en los nueve meses de guerra contra Rusia, una cifra menor a los cálculos de líderes occidentales.
El jueves por la noche, Mykhailo Podolyak, uno de los principales asesores de Zelenskyy, reportó nuevas cifras sobre los soldados ucranianos muertos en batalla y señaló que el número de soldados heridos era mayor y que el número de víctimas civiles era “significativo”.
“Tenemos cifras oficiales del mando superior y ascienden a entre 10.000 y 12.500-13.000 muertos”, declaró Podolyak al Canal 24.
El ejército no ha confirmado tales cifras y fue inusual que un funcionario ucraniano proporcionara tal recuento. El último dato fue de finales de agosto, cuando el jefe de las fuerzas armadas dijo que habían muerto cerca de 9.000 militares. En junio, Podolyak indicó que hasta 200 soldados morían cada día.
El miércoles, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de Unión Europea, informó que 100.000 soldados ucranianos habían muerto antes de que su oficina corrigiera sus comentarios, calificándolos de inexactos, señalando que la cifra se refería tanto a muertos como a heridos.
El mes pasado, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, señaló que hasta 40.000 civiles ucranianos y “más de” 100.000 soldados rusos han muerto o han resultado heridos en la guerra hasta el momento. Agregó que era “lo mismo probablemente del lado ucraniano”.
La oficina de derechos humanos de la ONU, en su última actualización semanal publicada el lunes, reportó que había registrado 6.655 civiles muertos y 10.368 heridos, pero reconoció que su recuento incluye sólo las bajas que ha confirmado y que probablemente el número real sea mucho mayor.
Los ucranianos se están preparando para las gélidas temperaturas invernales mientras Rusia ha agudizado los ataques contra la infraestructura, incluidas centrales eléctricas y transformadores, dejando a muchos sin calefacción, agua ni electricidad.
Ucrania enfrenta una avalancha de bombardeos con artillería y ataques con drones desde principios de octubre. El cañoneo ha sido especialmente intenso en Jersón, en el sur, desde que el ejército ucraniano recuperó la ciudad hace casi tres semanas.
Las autoridades locales dijeron que dos tercios de Jersón ya tenían electricidad el jueves por la noche, después de que nuevos ataques rusos cortaron la energía que se había restablecido recientemente.