LODZ, Polonia (AP) — La organización de seguridad más grande de Europa abrió el jueves una reunión con ministros de Relaciones Exteriores y otros representantes rechazando categóricamente la guerra de Rusia contra Ucrania, un conflicto que se encuentra entre los mayores desafíos que el organismo ha enfrentado en su casi medio siglo de existencia.
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La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que fue creado para mantener la paz y la estabilidad en el continente, ha sido un foro internacional —junto con Naciones Unidas— en que Rusia y potencias de Occidente se han podido reunir para discutir temas de seguridad. El encuentro de dos días en Lodz, Polonia, es la primera reunión de alto nivel de su tipo desde que Rusia invadió Ucrania en febrero.
Pero desde el inicio de la guerra, la OSCE conformada por 57 naciones también se ha convertido en otro foro para el amargo choque entre Rusia y Occidente, exponiendo las propias insuficiencias de la organización para ayudar a resolver el conflicto.
Destacó la ausencia del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, al cual se le ha impedido entrar a Polonia —que actualmente preside la OSCE. Polonia, una de los 27 miembros de la Unión Europea, incluyó a Lavrov en una lista de sanciones.
Lavrov denunció el jueves la prohibición —y a Polonia.
“Puedo decir responsablemente que la antipresidencia de Polonia de la OSCE ocupará el lugar más miserable en la historia de esta organización”, resaltó Lavrov. “Nadie ha causado tanto daño a la OSCE estando al mando”.
“Nuestros vecinos polacos han estado cavando una tumba para la organización al destruir los últimos restos de la cultura del consenso”, agregó en una videollamada con periodistas.
Antes de la invasión de Rusia a Ucrania, la OSCE había actuado como mediadora en Ucrania, negociando los acuerdos de paz para el este de Ucrania tras una guerra separatista respaldada por Rusia que comenzó en 2014. En marzo, la OSCE suspendió su misión especial de monitoreo en Ucrania.