KIEV, Ucrania (AP) — Los apagones generalizados en Ucrania podrían durar hasta marzo, según alertó uno de los responsables de energía en el país, mientras la población se preparaba para un duro invierno tras semanas de ataques rusos constantes contra su red eléctrica.
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La compañía eléctrica privada DTEK Yasno ha recibido instrucciones del operador de la red estatal de reanudar los cortes de emergencia en sus zonas de actividad, como la capital, Kiev, y la región oriental de Dnipropetrovsk, según dijo el lunes por la noche el director general de la firma, Sergey Kovalenko, en una publicación en Facebook.
“Aunque ahora hay menos apagones, quiero que todo el mundo lo entienda: lo más probable es que los ucranianos tengan que vivir con apagones al menos hasta finales de marzo”, advirtió Kovalenko.
“Creo que debemos estar preparados para diferentes opciones, incluso las peores. Acumulen ropa cálida, mantas, piensen en lo que les ayudaría a aguantar un apagón largo”, dijo en un mensaje a la población ucraniana.
Hace semanas que Rusia golpea desde el aire la red energética y otra infraestructura de Ucrania. Esa ofensiva ha provocado cortes de energía generalizados y dejado a millones de personas sin luz, agua ni calefacción.
Las temperaturas bajo cero son habituales durante el invierno en el país. Las autoridades han empezado a evacuar a los civiles de zonas recién liberadas en las regiones sureñas de Jersón y Mykolaiv por temor a que resulte difícil sobrevivir al invierno.
Kovalenko añadió que incluso si no se produjeran más ataques rusos, harían falta cortes de luz programados en todo el país para asegurar que la energía se distribuye de forma equiparable en la maltrecha red.
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Los misiles rusos han dañado más del 50% de las instalaciones energéticas del país, indicó el presidente, Volodymyr Zelenskyy, y la Organización Mundial de la Salud ha advertido que millones de personas enfrentan un invierno que podría poner sus vidas en peligro.
La lucha por el territorio ha seguido adelante pese al deterioro del tiempo, y las fuerzas ucranianas presionan posiciones rusas dentro de la contraofensiva iniciada hace varias semanas, mientras las fuerzas de Moscú mantienen sus ataques con misiles y artillería.
En un hito crucial en el campo de batalla, una funcionaria ucraniana reconoció que las fuerzas de Kiev atacan posiciones rusas en el Cabo de Kinburn, que da acceso al Mar Negro y a partes de la región de Jersón que siguen bajo control ruso.
Pese al bloqueo de información sobre la campaña, Natalya Humenyuk, vocera del Comando Operativo Sur del ejército ucraniano, dijo en declaraciones televisadas que las fuerzas ucranianas “continúan una operación militar” en la zona.
El extremo de la Península de Kinburn es el último puesto avanzado que conserva Rusia en la región sureña ucraniana de Mikolaiv, justo al oeste de Jersón. Las fuerzas ucranianas liberaron hace poco otras zonas de las regiones de Jersón y Mikolaiv.
Moscú ha empleado ese lugar como base de ataques de misiles y artillería contra posiciones ucranianas en la provincia de Mikolaiv y otros lugares controlados por Kiev en la costa del Mar Negro.
En un importante avance, Ucrania retomó hace poco la ciudad de Jersón, en la orilla occidental del Río Dniéper, y sus alrededores.
Capturar el Cabo Kinburn podría ayudar a las fuerzas ucranianas a adentrarse en territorio que Rusia aún controla en la región de Jersón “bajo un fuego significativamente menor de artillería rusa” de lo que supondría un intento de cruce directo del Río Dniéper, indicó el lunes por la noche un centro de estudios con sede en Washington.
El Institute for the Study of War añadió que controlar la zona ayudaría a Kiev a reducir los ataques rusos contra puertos sureños ucranianos y permitiría aumentar su actividad naval en el Mar Negro.
Por su parte, las autoridades ucranianas informaron el martes por la mañana de al menos ocho civiles muertos y 16 heridos en las 24 horas previas, en las que Moscú volvió a utilizar drones, cohetes y artillería pesada para castigar ocho regiones de Ucrania.
Al menos 16.784 civiles han muerto y 10.189 han resultado heridos desde que Rusia invadió a su país vecino el 24 de febrero, según estimaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En Donetsk, en el este, continuaban los duros combates en torno a la ciudad de Bakhmut, donde fuerzas del Kremlin buscaban una victoria contundente tras semanas de vergonzosos reveses militares.
Rusia lanzó misiles a la ciudad de Kramatorsk, donde está la sede local del ejército ucraniano, y a la estratégica ciudad de Avdiivka, indicó el gobernador de la región, Pavlo Kyrylenko, en declaraciones en la televisora ucraniana.
La región no tenía suministro de energía ni comunicaciones, añadió.
La oficina del presidente de Ucrania también informó de un muerto y tres heridos en ataques rusos a la ciudad de Jersón, retomada por fuerzas ucranianas el 10 de noviembre.