PORTACOMARO, Italia (AP) — El papa Francisco regresa el sábado a la ciudad natal de su padre en el norte de Italia por primera vez desde que asumió el trono, a fin de celebrar el 90no cumpleaños de una prima que lo conocía simplemente como “Giorgio”.
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La visita de Francisco a la tierra ancestral va en línea con mensajes de su papado, como honrar a los ancianos y estar conscientes del costo humano de la migración.
La visita del sábado será privada, pero habrá una pública el domingo para celebrar misa para los fieles locales, donde podría reflexionar sobre las experiencias de su familia al migrar a Argentina.
El padre del papa, Mario José Francisco Bergoglio, y sus abuelos paternos llegaron a Buenos Aires el 25 de enero de 1929 para alcanzar a otros parientes al final de una masiva emigración de Italia que el papa ha honrado con dos santos recientes: San Giovanni Batista Scalabrini y San Artedime Zatti.
Jorge Mario Bergoglio, como se llamaba Francisco antes de ser papa, nació casi ocho años después en Buenos Aires, luego que su padre conoció y se casó con Regina Maria Sivori, cuya madre también era de ascendencia italiana, de la región de Liguria. Francisco se crió hablando el dialecto piemonte de su abuela paterna Rosa, que lo cuidó la mayoría de los días.
Bergoglio padre nació en el pueblo de Portacomaro, a 10 kilómetros (6 millas) al este de Asti, un pueblo agrícola que perdió población no solo a la emigración al extranjero sino también a la cercana Turín cuando se convirtió en un centro industrial. Hoy en día, el pueblo tiene 2.000 habitantes pero tenía más de 2.700 hace un siglo y llegó a estar por 1.680 en los ochenta.
La familia del papa emigró después de lo máximo de la emigración en que 14 millones de italianos se fueron del país entre 1876 y 1915 -- un movimiento que convirtió a Italia en la mayor diáspora voluntaria del mundo, según Lauren Braun-Strumfels, profesora de historia en Cedar Crest College en Allentown, Pensilvania.
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Francisco, que suele hablar de su propia historia familiar, se ha caracterizado por predicar el amor al migrante, siendo a veces criticado en momentos en que Europa en general e Italia en particular están en medio de un intenso debate sobre cómo lidiar con la migración.
Francisco inició la visita a Portacomaro el sábado almorzando en casa de su prima Carla Rabezzana. Fotos difundidas por el Vaticano muestran al papa pasándola bien, abrazando a Rabezzana y sentándose a la cabecera de la mesa. Luego visitó a otro pariente cerca, al detenerse en un asilo de ancianos para saludar y bendecir a los asistentes.
“Nos conocemos desde siempre”, declaró Rabezzana al Corriere della Sera previo a la visita. “Cuando yo vivía en Turín, Giorgio --así yo siempre lo llamé -- venía a quedarse porque yo tenía una habitación adicional. Así es como nos mantuvimos en contacto”.
“Siempre bromeábamos. Cuando me dijo que venía para celebrar mis 90 años, le dije que me hacía latir el corazón, y él me respondió ‘no te vayas a morir’. Nos caímos de la risa”.