MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
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Los resultados muestran que las abejas sociales se aventuran más lejos en busca de polen y néctar, lo cual tiene implicaciones en la predicción de los servicios de polinización y en la creación de estrategias de conservación eficaces para las abejas y las plantas.
Las abejas sociales recorren mayores distancias como resultado de varios rasgos que incluyen el tamaño del cuerpo, el tamaño de la colonia, la comunicación y la constancia de las flores.
Las abejas más grandes, como el abejorro, tienen un mayor rango de búsqueda de alimento ya que, como tienen alas más grandes y pueden volar más rápido, por lo que les resulta más fácil cubrir más terreno.
Además, las abejas de las colonias más grandes experimentan más competencia de sus hermanas si se quedan cerca del nido, por lo que tienen que viajar más lejos para evitar la congestión.
Muchas abejas sociales han desarrollado diferentes tipos de métodos de comunicación. Esto permite a las recolectoras que han encontrado una especie de flor muy gratificante comunicar a sus hermanas su descubrimiento. Como resultado, más abejas tendrán preferencia por el mismo tipo de flores.
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Además, las abejas sociales tienden a visitar un solo tipo de flor durante un viaje de forrajeo. La constancia de las flores significa que las abejas ignoran las opciones alternativas viables al centrarse sólo en un subconjunto de todas las flores disponibles, lo que las obliga a viajar más lejos para encontrar su flor favorita.
Dado que las abejas, y especialmente las sociales, se encuentran entre los polinizadores más importantes, aunque también están amenazadas, los resultados tienen implicaciones para su protección y la conservación de las plantas en peligro de extinción que polinizan.
El autor principal, el doctor Christoph Grueter, de la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol, explica en un comunicado que las conclusiones "sugieren que las abejas solitarias podrían verse más afectadas por la pérdida y fragmentación del hábitat provocada por el ser humano, ya que tendrán más dificultades para encontrar fuentes de alimento adecuadas a mayores distancias".
"Las abejas sociales podrían ser especialmente importantes para la protección de especies de plantas en peligro de extinción que sólo existen en zonas aisladas --añaden--. Dado que muchas especies de abejas sociales pueden mantenerse en colmenas, podríamos utilizar nuestro conocimiento de sus rangos de forrajeo de forma específica para ayudar a la polinización de las plantas en áreas remotas".
El doctor Grueter y Lucy Hayes llevaron a cabo el estudio durante el encierro utilizando la codificación para construir un modelo de simulación en combinación con la literatura publicada para encontrar los datos existentes sobre los rangos de forrajeo de 90 especies de abejas.
También desarrollaron un modelo basado en agentes para comprobar cómo los factores sociales, dietéticos y ambientales afectan a las áreas de forrajeo. Ahora tiene previsto estudiar y confirmar los resultados en el entorno natural de las abejas y analizar qué abejas se ven más y menos afectadas por la pérdida y fragmentación del hábitat.
"Dado que habrá un gran impulso internacional a la reforestación y la repoblación forestal, esto nos ayudará a entender cómo los proyectos de reforestación y repoblación forestal pueden afectar y ser afectados por los diferentes grupos de polinizadores", añade.
"Su estilo de vida social significa que las colonias de abejas recogen alimentos en un área mucho mayor que las abejas solitarias, lo que nos ayuda a planificar estrategias de conservación eficaces para ayudar tanto a las abejas como a las plantas que polinizan", concluyen.