JERSÓN, Ucrania (AP) — Por tercer día consecutivo, los habitantes de Jersón celebraron el domingo el fin de los ocho meses de ocupación rusa, mientras al mismo tiempo hacían un balance de los extensos daños dejados en la ciudad del sur de Ucrania por las fuerzas en retirada del Kremlin.
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Una multitud jubilosa se reunió en la plaza principal a pesar de que a la distancia se escuchaba el fuego de artillería mientras las fuerzas ucranianas luchan por expulsar a los militares rusos.
“Ahora es un año nuevo para nosotros”, dijo Karina Zaikina, de 24 años, que llevaba en su abrigo una cinta amarilla y azul con los colores nacionales. “Por primera vez en muchos meses, no tuve miedo de venir a la ciudad”.
“¡Finalmente, libertad!” expresó Tetiana Hitina, de 61 años. “La ciudad estaba muerta”.
Pero incluso cuando los lugareños se regocijaban, la evidencia de la ocupación despiadada de Rusia estaba por todas partes, y las fuerzas rusas aún controlan un 70% de la región más amplia de Jersón.
Con las redes de telefonía celular desconectadas, Zaikina y otros hicieron una fila para usar una conexión de teléfono satelital instalada para uso de todos en la plaza, lo que les permitió intercambiar noticias con familiares y amigos por primera vez en semanas.
Las tiendas del centro estaban cerradas. Muchas personas huyeron de la ciudad durante la ocupación rusa y las calles de la ciudad estaban escasamente pobladas. Muchas de las pocas personas que se aventuraron a salir el domingo portaban banderas amarillas y azules. En la plaza, la gente hacía fila para pedir a los soldados que autografiaran sus banderas y los premiaba con abrazos. Algunos lloraron.
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Tampoco hay electricidad ni agua corriente, y los alimentos y los suministros médicos son escasos. Los residentes dijeron que las tropas rusas saquearon la ciudad cuando se retiraron la semana pasada. También destruyeron infraestructura pública clave antes de retirarse a través del ancho río Dniéper hacia el este. Un funcionario ucraniano describió la situación en Jersón como “una catástrofe humanitaria”.
Aún así, dijo, “no hay mejor fiesta que lo que está pasando ahora”, declaró.
La retirada rusa marcó un hito triunfal para Ucrania tras casi nueve meses de invasión.
El presidente Volodymyr Zelenskyy prometió mantener la presión sobre las fuerzas rusas, tranquilizando a la gente de las ciudades y pueblos ucranianos que todavía están bajo ocupación.
“No nos olvidamos de nadie; no vamos a dejar a nadie”, aseguró.
La recuperación de Jersón fue un revés significativo para el Kremlin y el último de una serie de vergüenzas en el campo de batalla. Hace unas seis semanas el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó anexar a territorio ruso esta y otras tres provincias en el sur y el este de Ucrania, en violación del derecho internacional.
La embajada de Estados Unidos en Kiev tuiteó el domingo los comentarios del asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, quien describió el cambio en Jersón como “una victoria extraordinaria”.