BEIJING (AP) — Durante una controvertida reunión el viernes con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, de visita en el país, el presidente de China, Xi Jinping, hizo un llamado a las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania y advirtió del peligro de que el conflicto derive en una guerra nuclear.
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El líder alemán realizaba una visita de un día a la capital china que fue criticada por el respaldo tácito de Beijing a Moscú, por la persistente polémica por sus vínculos económicas y por cuestiones relacionadas con su historial de derechos humanos. Además, se produce después de que Xi consolidó su autoritario mandato al frente del gobernante Partido Comunista en un congreso celebrado el mes pasado.
El viaje de Scholz refleja la importancia de los lazos comerciales entre Berlín y China, la segunda mayor economía del mundo, especialmente en los sectores automotriz e industrial. Solo Mercedes Benz vendió 758.863 autos en el país asiático el año pasado, más que en cualquier otro país, según las cifras de la empresa.
El canciller, que estaba acompañado por varios líderes empresariales alemanes, fue recibido formalmente por Xi, que acaba de ser reelegido para un nuevo mandato.
Xi apuntó que la visita de Scholz se produce mientras sus países cumplen más de 50 años de relación diplomática, desde que relanzaron los intercambios económicos, a pesar de su rivalidad durante la Guerra Fría, que siguen siendo una parte clave de su relación hasta hoy.
“En la actualidad, la situación internacional es compleja y cambiante", dijo Xi en declaraciones publicadas por la televisora estatal CCTV. “Como potencias influyentes, China y Alemania deben trabajar juntas en momentos de cambio y caos para hacer más contribuciones a la paz mundial y al desarrollo".
Sobre Ucrania, el mandatario chino destacó que su país “respalda a Alemania y a la UE para que desempeñen un papel importante en la promoción de las conversaciones de paz y en el fomento de la construcción de un marco de seguridad europeo equilibrado, efectivo y sostenible”, reportó CCTV.
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La comunidad internacional debería “pedir a todas las partes implicadas que actúen con racionalidad y moderación, mantengan contactos directos lo antes posible y creen las condiciones para la reanudación de las negociaciones (y) se opongan conjuntamente al uso de armas nucleares”, añadió Xi.
Sin aportar evidencias, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, repitió la acusación no probada de que Ucrania estaría preparando un ataque de falsa bandera con una bomba sucia radiactiva que trataría de atribuir al Kremlin. Kiev ha negado tajantemente las acusaciones y sus aliados occidentales las consideran “transparentemente falsa”.
Scholz es el primer líder del G7 que se reúne con Xi desde el inicio de la pandemia del COVID-19, y el primero de la Unión Europea que visita China desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, a la que Berlín se opone.
El delicado viaje diplomático se produce mientras Alemania y la UE trabajan en su estrategia hacia una Beijing cada vez más autoritaria.