NACIONES UNIDAS (AP) — Estados Unidos y sus aliados occidentales insistieron el miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU que el secretario general António Guterres tiene derecho a investigar si Rusia ha utilizado drones iraníes para atacar a civiles y plantas eléctricas en Ucrania.
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Rechazaron el argumento de Moscú de que, de realizar la pesquisa, el jefe de las Naciones Unidas estaría violando la carta del organismo mundial.
El embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, que convocó la reunión, argumentó que únicamente el Consejo de Seguridad puede ordenar una investigación. Citó el Articulo 100 de la carta, según el cual el secretario general “no solicitará ni recibirá instrucciones de ningún gobierno ni de ninguna otra autoridad ajena a la organización”.
El embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, señaló que la aseveración de Rusia es “simplemente pasmosa” y un intento “para desviar la atención de sus atroces delitos en Ucrania”.
El embajador francés Nicolas De Riviere acusó a Moscú de violar constantemente la carta de la ONU “y pisotear sus principios al haber invadido a su vecino y reivindicar la anexión de territorios de éste”.
Por su parte, el embajador adjunto de Gran Bretaña, James Kariuki, señaló que se trata de “otro intento de Rusia para desviar la atención de sus crímenes en Ucrania, y del incumplimiento de Irán y Rusia de sus obligaciones internacionales”:
Los enviados occidentales dijeron que Rusia, que mantiene intensa actividad en el Consejo de Seguridad, está haciendo que éste desperdicie su tiempo.
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Rusia convocó el martes a consultas a puerta cerrada sobre su aseveración infundada de que Ucrania está preparando una bomba sucia. Solicitó la reunión del miércoles en su intento por impedir la pesquisa sobre su utilización de drones presuntamente iraníes. Y convocó a una reunión el jueves a fin de exponer que laboratorios secretos estadounidenses en Ucrania realizaban actividades de guerra biológica, acusación rechazada tanto por Washington como por Kiev.
En una carta dirigida el miércoles pasado al Consejo de Seguridad, el embajador ucraniano Sergiy Kyslytsya, acusó a Irán de infringir la prohibición del consejo a transferir drones capaces de volar 300 kilómetros (185 millas).
Esa disposición forma parte de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad, que dio el visto bueno al acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y seis potencias —Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania— para frenar las actividades atómicas de Teherán e impedirle desarrollar un arma nuclear.
El miércoles, el embajador iraní Amir Saeid Iravani reiteró el rechazo de su país a lo que dijo son “aseveraciones totalmente infundadas”. Insistió en que, desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, Irán ha mantenido “una posición de neutralidad activa” y “jamás ha suministrado armas a las partes”.
En una reunión del consejo el viernes, Nebenzia dijo que los drones son rusos, no iraníes, y advirtió que una investigación afectaría seriamente las relaciones entre Rusia y la ONU.
Esta semana, el diplomático solicitó a la oficina jurídica de la ONU que indique si emprender una investigación solicitada por ciertos países y no todo el Consejo de Seguridad infringe el Artículo 100 de la Carta de las Naciones Unidas y las disposiciones de la resolución 2231.
En una sesión informativa el miércoles para el Consejo de Seguridad, el asesor jurídico de la ONU, Miguel de Serpa Soares, no respondió directamente a la pregunta de Rusia, pero señaló que “es lógico” que las 193 naciones que conforman el organismo mundial “deseen ejercer tanta influencia como puedan en las actividades de la organización”.
La mayor parte de los días, dijo, los embajadores se comunican con Guterres y con él mismo en un intento por hacer avanzar las posiciones de sus gobiernos.