LONDRES (AP) — Rishi Sunak se enfrentó a la oposición en el Parlamento por primera vez como primer ministro de Gran Bretaña el miércoles, en una sesión donde se le exigió a su gobierno garantizar estabilidad económica luego que el plan de reducción de impuestos de su predecesora trastocó a los mercados.
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Sunak, quien asumió el cargo el martes, cuenta con un gobierno integrado por ministros sacados de los gabinetes de sus dos predecesores inmediatos, Boris Johnson y Liz Truss, en momentos en que Gran Bretaña enfrenta enormes problemas económicos. Uno de los primeros actos de su gobierno fue postergar hasta el 17 de noviembre una declaración económica clave, a fin de poder dar un panorama más exacto de la situación.
“Tendremos que tomar decisiones difíciles para restaurar la estabilidad y la confianza económicas”, declaró Sunak en la Cámara de los Comunes. “Lo haremos de manera equitativa ... Siempre protegeré a los más vulnerables ... lo hicimos durante el COVID y lo haremos de nuevo”.
La oposición se centró en la carga que Sunak trae de gobiernos anteriores: ministros de Johnson —que renunciaron en julio en medio de escándalos— y de Truss, cuyo gobierno duró apenas siete semanas.
La propuesta de Truss de reducir impuestos sin un correspondiente recorte de gastos espantó a los mercados financieros con el espectro de una mayor deuda, hundió a la libra y obligó al Banco de Inglaterra a intervenir, lo que debilitó a la frágil economía británica y socavó la autoridad de Truss dentro del Partido Conservador.
Sunak es considerado por los conservadores como un líder que podría estabilizar la economía, evitar que caiga en recesión y detener la caída de la popularidad del partido.
Sunak incluyó miembros de diversas facciones del Partido Conservador en su gabinete. Sacó a unos 12 ministros de Truss pero mantuvo a otros, como el secretario del Exterior, James Cleverly, y el de Defensa, Ben Wallace.
Fue criticado por reincorporar a la secretaria del Interior, Suella Braverman, quien renunció la semana pasada en medio de un escándalo por haber enviado información sensible del gobierno en una cuenta de correo electrónico privada. Braverman usó su carta de renuncia para criticar a Truss, lo que agilizó la caída de la entonces primera ministra.