BRUSELAS (AP) — Los líderes de la Unión Europea iniciaban el jueves a una cumbre de dos días con opiniones enfrentadas sobre cómo, en su caso, podrían imponer el bloque un límite de precios al gas para contener la crisis de energía impulsada por la invasión rusa en Ucrania y la estrategia del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de cortar a voluntad el suministro de gas a la UE.
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En la apertura de la cumbre, la necesidad de unidad europea ante Rusia se vería recalcada por el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, que se esperaba enviara un mensaje a los 27 jefes de gobierno en videoconferencia desde Kiev, para pedir que la ayuda a su país continúe durante el invierno.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, dijo el jueves por la mañana que Zelenskyy no tenía motivos para preocuparse por eso. En respuesta a los ataques rusos que golpean infraestructura civil y siembran el miedo en las ciudades con drones asesinos, Scholz dijo que equivalían a “crímenes de guerra”.
“Ni siquiera esas tácticas de tierra quemada ayudarán a Rusia a ganar la guerra. Sólo refuerzan la determinación y la capacidad de permanencia de Ucrania y sus aliados”, dijo al Parlamento en Berlín.
La llegada del frío también será un tema crucial en la sede de la UE, donde los líderes iniciarán conversaciones que se espera continúen hasta entrada la noche. Estaba por ver si habría una iniciativa conjunta de energía.
Los precios del gas natural se descontrolaron en verano, mientras los miembros de la UE competían entre sí por llenar sus reservas para el invierno. Ahora los mandatarios europeos intentarán poner en común sus compras de gas y establecer un límite de precio temporal para asegurarse de que no vuelven a encontrarse un mercado energético sobrecalentado.
Y si bien Angela Merkel era la voz de la calma y a menudo mediaba compromisos durante sus 16 años como canciller alemana, su sucesor, Scholz, está ahora en el centro de las divisiones en el bloque.
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Mientras muchos estados miembros están dispuestos a respaldar la propuesta de limitar los precios del gas y mantenerlo asequible para sus 450 millones de ciudadanos, Alemania y Holanda han expresado graves reservas al respecto y dicen que sería difícil de gestionar y podría hacer que los proveedores evitaran a la UE.
Los dos países sostienen que esas intervenciones de mercado podrían ser perjudiciales para la disponibilidad del gas natural y para los incentivos a que gobiernos y consumidores ahorren gas.
Se esperaba que un plan de la UE para hacer compras conjuntas de gas y las medidas para mejorar la solidaridad con países miembros más afectados por los precios disparados de la energía recibieran mucho más apoyo, según diplomáticos.
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Lorne Cook, en Brussels, y Geir Moulson, en Berlín, contribuyeron a este despacho.