VIENA (AP) — El presidente austriaco Alexander Van der Bellen se encaminaba el domingo a ganar un segundo mandato de seis años de manera contundente, evitando ir a una segunda vuelta tras una campaña en la que se presentó como la opción estable en tiempos inciertos.
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Los resultados preliminares dan al liberal Van der Bellen el 54,6% de los votos. Su rival más cercano, Walter Rosenkranz del Partido de la Libertad de extrema derecha, lleva el 19,1%.
Esas cifras no incluyen los sufragios enviados por correo, que se contarán el lunes. Las proyecciones de la televisión pública ORF y de la agencia noticiosa Austria Presse Agentur para el resultado final indicaban que Van der Bellen obtendría alrededor del 56% de los votos, y Rosenkranz algo menos del 18%.
Los carteles de la campaña de Van der Bellen, de 78 años, que es miembro del partido ecologista Los Verdes pero se postuló en forma independiente, llevaban el lema: “La opción segura en tiempos tormentosos”.
En los últimos años Austria ha enfrentado una agitación política reiterada. El país alpino, de unos 9 millones de habitantes, ha tenido cinco cancilleres durante el primer mandato de Van der Bellen, y las crisis en el gobierno le han dado al jefe de Estado —una figura en gran medida ceremonial— una visibilidad inusual.
En las elecciones del domingo había siete aspirantes, pero Van der Bellen contaba con el apoyo implícito o explícito de los principales partidos de Austria. El Partido de la Libertad fue el único partido del Parlamento que presentó un candidato contra él.
Van der Bellen dijo que, dado que las encuestas previas a las elecciones le daban una gran ventaja, le preocupaba que la gente no acudiera a votar.
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“Nunca antes habíamos tenido siete candidatos en unas elecciones presidenciales, y creo que nunca habíamos tenido —al menos no se me ocurre ningún ejemplo— un ambiente en el que la gente está inquieta, en el que el descontento con la política es elevado y uno no sabe qué dirección tomará eso”, dijo a la ORF.
El presidente dijo que Austria enfrenta “tiempos muy difíciles”, con preocupaciones por la guerra en Ucrania, el suministro de energia y sus precios, y un posible resurgimiento de la pandemia de COVID-19.
“Espero que haya una especie de cierre de filas de las fuerzas constructivas de esta república de forma que podamos enfrentar juntos estos problemas”, señaló.
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Geir Moulson informó desde Berlín.