GINEBRA (AP) — Los problemas políticos y los disturbios en las calles alteran a la selección iraní de fútbol semanas antes de la Copa del Mundo en Qatar, en la que enfrentará a Estados Unidos, Gales e Inglaterra en la fase de grupos.
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En Irán, la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, cuando estaba detenida por la policía de la moral, ha provocado manifestaciones que las autoridades han reprimido con violencia. Aparentemente, la habían detenido por no llevar el velo obligatorio de la manera debida.
Los jugadores realizaron una protesta silenciosa en un partido de entrenamiento esta semana, cuando la federación iraní trató de acallarlos, impidiéndoles la entrada al estadio en Austria.
Activistas por los derechos de las mujeres a asistir a los estadios exhortaron a la FIFA a expulsar a la selección del Mundial.
“Las autoridades de la República Islámica y su federación de fútbol no deben tener el honor de participar en el torneo mayor del fútbol mientras matan a sus ciudadanos en nuestras calles”, dijo el grupo Estadios Abiertos.
Estadios Abiertos reclamó a la FIFA que cumpla con su obligación estatutaria de respetar y promover “todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente”.
El organismo rector del fútbol no respondió de inmediato al reclamo.
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La FIFA expulsó a Rusia del Mundial durante la clasificación europea, pero no invocó motivos de derechos humanos, sino los daños “irreparables y caóticos” que sufriría el torneo debido a problemas de seguridad y que otros equipos probablemente se negarían a jugar contra Rusia.
Con respecto a Irán, aumentaron las probabilidades de que la FIFA deba tener en cuenta que los trastornos políticos podrían afectar el torneo que comienza el 20 de noviembre.
Los jugadores han respondido a las críticas por su falta de reacción a la muerte de Amini días después en su partido en Austria.
El domingo, el artillero Sardar Azmoun escribió a sus 4,9 millones de seguidores en Instagram que las reglas del equipo le prohíben hacer declaraciones, “pero no puedo seguir tolerando el silencio”.
Añadió que si lo expulsan del equipo, ese “sería un pequeño precio a pagar incluso por un solo cabello de las mujeres iraníes”.
El martes, cuando se tocaba el himno de Irán antes de un partido amistoso contra Senegal, los jugadores se cubrieron el emblema oficial en la camiseta con una chaqueta negra.
El partido se realizó sin espectadores en un estadio cerca de Viena, al intentar la federación que los manifestantes utilizaran una plataforma para el disenso que se vería en la trasmisión en vivo.
El artillero estelar Mehdi Taremi escribió en Instagram que sentía “vergüenza” al ver los videos de la violencia desatada contra las mujeres en las calles de Irán.