FORT MYERS BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — En el camino hacia Fort Myers Beach se ven vehículos abandonados en la carretera, donde quedaron varados cuando una marejada ciclónica a causa del huracán Ian inundó sus motores y los conductores ya no pudieron continuar. Además hay árboles derribados, remolques para embarcaciones y otros restos.
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El panorama es incluso peor en la localidad turística costera, gran parte de la cual fue destruida por los fuertes vientos y una poderosa marejada ciclónica generada por el huracán de categoría 4.
Las islas barrera a lo largo de la costa suroccidental de Florida, famosas por sus conchas marinas, la pesca y su relajado estilo de vida, fueron azotadas con fuerza por Ian cuando tocó tierra el miércoles. No se puede llegar en auto a Sanibel y Captiva porque el único puente hacia territorio continental se vino abajo. La vecina isla Pine también fue sufrió daños.
En el parque para casas rodantes de Cottage Point, en Fort Myers Beach, William Goodison y su hijo Kurtis empujaban el jueves dos contenedores de basura llenos de lo que había quedado de sus pertenencias por una zona con el agua hasta las rodillas. Un aire acondicionado, algunas herramientas y un bate de béisbol.
Pero sus muebles y recuerdos familiares se habían perdido, sumergidos por una marejada de 1,5 metros (5 pies) que entró en la comunidad de 60 casas de jubilados y trabajadores. El remolque en el que Goodison vivió durante 11 años y del que sólo tenía un pago pendiente quedó destruido. Debido a su ubicación, no logró conseguir un seguro.
“Soy propietario del terreno, pero tendré que desguazar el remolque”, dijo Goodison, que es carpintero. “A reconstruir ahora”, dijo con voz pausada. “Pero hay que tener un lugar para vivir.
Goodison pasó la tormenta en la casa de Kurtis, en tierra firme. De otra manera, quizá ya estaría muerto, agregó.
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“No sé cómo alguien podría haber sobrevivido ahí”, afirmó.
Goodison dijo que perdió numerosas fotos y recuerdos familiares. “Tendremos que comenzar a crear nuevos”.
En una pequeña franja comercial cercana, Darbana Patel y su familia ponían cinta amarilla de precaución alrededor de una pila de tres metros (10 pies) que había sido la zona de bombas de su gasolinera. La marquesina de madera que cubría las bombas y protegía a los clientes de la lluvia se vino abajo y aplastó los surtidores. Dentro de la tienda el techo también se había derrumbado. Ella cree que el negocio, que había pertenecido a su familia durante dos años, es pérdida total, pero está asegurado.
Patel dijo que quedó asombrada cuando llegó a la tienda el jueves y vio que todo eran hierros retorcidos y una pila de madera.
“Me dije: '¿dónde está mi tienda?'”, comentó. Las otras seis tiendas en la franja comercial al parecer también sufrieron graves daños en los techos, y una casa rodante en el estacionamiento estaba volcada.
En la Marina Get Away, la marejada ciclónica levantó una docena de embarcaciones, de hasta 14 metros (48 pies) de eslora, y se las llevó hasta el otro lado del estacionamiento y de una carretera de cuatro carriles hasta una reserva de manglares. La marejada también derribó las paredes de las oficinas de la marina y tiró el segundo nivel.
“Debe haber sido una tormenta poderosa”, comentó Robert Leisure, propietario de la marina durante dos años. Dijo que él y sus empelados habían dedicado bastante trabajo a mejorar los muelles y embellecer la propiedad.
Mientras hablaba, el capitán de pesca Larry Conley se acercó y le preguntó a Leisure si había visto su bote, el cual renta a pescadores.
“No pero debe andar por ahí en algún lugar”, dijo Leisure, mientras señalaba hacia los manglares.
Conley dijo que tenía asegurada la embarcación de 7,3 metros (24 pies), pero que no es suficiente porque necesita trabajar, llevando a pescadores de excursión. “Con eso pago los recibos y sobrevivo”.
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Los periodistas de The Associated Press Curt Anderson y David Fischer contribuyeron a este despacho.