La crisis se agrava para Gareth Southgate.
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Hace apenas 14 meses, Inglaterra alcanzó la final del Campeonato Europeo y estuvo a un suspiro de consagrarse, despertando la ilusión de aficionados identificados plenamente con la selección.
En los últimos días, los jugadores de Southgate — sin ganar en cinco partidos y sin marcar enu jugada elaborada durante 500 minutos — llamaron a una reunión en la que el cuerpo técnico no estuvo presente.
Abucheados por los hinchas ingleses en el último partido disputado en casa, una insólita derrota 4-09 ante Hungría en junio, Southgate sabía que las críticas arrecierían con un nuevo fiasco si Alemania salía victoriosa el lunes del estadio Wembley.
¿Cómo interpretar el trepidante empate 3-3 en un partido de la Liga de Naciones en el que no había nada en juego?
Para los defensores de Southgate, se vio a un equipo que sigue comprometido con el técnico, sobre todo por la reacción al ir perdiendo 2-0 al cabo de 70 minutos y evitar poner proa al Mundial con otra derrota desmoralizadora.
Pero los detractores de Southgate, que van en aumento, apuntarán que el caótico lapso de 12 minutos — del 71 a los 83 — cuando Inglaterra anotó tres goles con tres remates para adelantarse 3-2 fue un espejismo.
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La verdad debe encontrarse en un punto medio.
De momento, la tormenta sobre la selección inglesa ha amainado, aunque otra estaría a la vista en Qatar.
“La presión siempre está ahí. No puedes sacártela de encima", dijo Southgate. “Quizás en el tercer partido del grupo, quizás en los cuartos de final ... lo que sea, pero te va a tocar”.
“Lo mejor es sentirle y aprender a manejarla. Lo hablamos antes del partido, el cómo reaccionar si Alemania anotaba, y los jugadores respondieron de la manera correcta", añadió.
La situación se había agravado tanto que Southgate dijo, quizás en broma, que se le había olvidado lo que se siente cuando su equipo marcaba un gol.
Cuando Luke Shaw anotó para el 2-1, su primer gol en club o selección desde la final de la Euro 2020, el mismo puso fin a una sequía de 565 minutos de Inglatera sin marcar en una jugada elaborada.
Los ingleses se despabilaron. Mason Mount siguió con un golazo desde larga distancia y Harry Kane transformó un penal. Dejaron de ser un equipo timorato y con una porosa defensa.
Pese al reciente ayuno de goles, la defensa es el gran dolor de cabeza de Southgate rumbo a Qatar.
Y el que está en la mira es Harry Maguire, culpables en dos de los goles de Alemania. El central tiene la confianza por los suelos tras ser relegado a la banca por su club, el Manchester United.
De momento, Maguire puede contar con el respaldo del seleccionador nacional. Pero sus próximas semanas con el United serán fundamentales para definir si estará en el once titular en debut mundialista contra Irán el 21 de noviembre.
“En estos momentos, tenemos que apoyar a nuestros mejores y más experimentados jugadores", dijo Southgate
