LONDRES (AP) — En un país célebre por su irreverencia, algunos temen que se haya impuesto un nuevo código de silencio.
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Desde la muerte de la reina Isabel II, la policía ha detenido a un puñado de personas por expresar —frecuentemente sin tapujos— posiciones antimonárquicas.
Una mujer en Edimburgo que portaba un cartel con la leyenda “Imperialismo a la M..., abolir la monarquía” fue acusada de provocar disturbios, lo mismo que un hombre que abucheó al príncipe Andrés cuando el coche fúnebre de la reina recorría la capital de Escocia.
En Oxford, le colocaron las esposas al activista pacifista Symon Hill por vociferar sus posiciones durante la proclamación ceremonial del nuevo rey.
Hill dijo que gritó, “¿A él quién lo eligió?”, porque se opone a que se imponga un jefe de Estado al país.
“Dudo que la mayoría de la gente en la multitud me haya oído”, escribió en su blog. “Dos o tres personas que estaban cerca me dijeron que cerrara el pico”.
Hill dijo que los agentes lo llevaron a una van policial y le dijeron que lo detenían por presunta conducta que podría causar “acoso, alarma o peligro”. Lo liberaron luego, pero podrían convocarlo a declarar.
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“La policía abusó de su poder para arrestar a alguien que expresó una leve oposición al nombramiento de un jefe de Estado de manera antidemocrática”, dijo.
En Londres, se obligó a una mujer que portaba un cartel con la leyenda “No es mi rey” a abandonar el lugar frente a los portales del Parlamento donde un agresor islamista mató a puñaladas a un agente de policía en 2017. Dijeron que estorbaba el paso de vehículos y no la obligaron a abandonar la zona.
El abogado Paul Powlesland dijo que lo interrogó la policía frente al Parlamento el lunes cuando portaba una hoja de papel en blanco en la que se disponía a escribir también “No es mi rey”.
En video filmado por Powlesland, se escucha a un agente decir que esa frase “podría ofender a alguien”. Powlesland calificó la actitud policial de “indignante”.
El grupo promotor de los derechos civiles Liberty dijo que era “muy preocupante ver a la policía aplicar sus amplios poderes con mano dura y punitiva para impedir la libertad de palabra y expresión”.
El vocero del grupo Republic, Graham Smith, dijo que “la libertad de expresión es fundamental para cualquier democracia. En momentos que los medios están saturados de adulación a un rey nombrado sin discusión ni consentimiento, es más importante que nunca".
El gobierno ha sancionado una polémica ley que refuerza los poderes de la policía para desbaratar protestas. No está claro si se invocó esa ley para los arrestos.
El vocero de la primera ministra Liz Truss, Max Blain, dijo que “si bien este es un período de luto nacional, incluso de dolor para la gran mayoría del Reino Unido... el derecho de protestar sigue siendo un principio fundamental”.
Pero añadió que “corresponde a la policía decidir qué es lo apropiado en cada circunstancia”.