EL CAIRO (AP) — Cruentos enfrentamientos estallaron el sábado en la capital de Libia entre milicias respaldadas por las dos administraciones rivales, presagio de un regreso a la violencia en medio de un estancamiento político de larga data.
PUBLICIDAD
Por lo menos 23 personas murieron y más de 140 resultaron heridas, informó el Ministerio de Salud. Agregó que 64 familias fueron desalojadas de zonas cercanas a la lucha.
La escalada de la violencia amenaza la relativa calma que Libia ha tenido la mayor parte de los últimos dos años. La nación petrolera quedó inmersa en el caos después que el autócrata Moamar Gadafi fue derrocado y asesinado en una revuelta apoyada por la OTAN en 2011.
Una de las víctimas fatales fue Mustafa Baraka, un comediante famoso por sus videos difundidos en redes sociales en los que ridiculiza a los grupos paramilitares y la corrupción. Baraka murió de un disparo en el pecho, según Malek Merset, portavoz de los servicios de emergencia.
Merset dijo que los servicios de emergencia seguían intentando desalojar a los heridos y a los civiles atrapados en medio de la lucha que estalló durante la noche y continuaba el sábado.
El Ministerio de Salud indicó en un comunicado que los hospitales y los centros médicos en la capital fueron atacados con fuego de artillería y a los equipos de ambulancias les impidieron participar en las labores de evacuación de civiles, en actos “equiparables a crímenes de guerra”.
El consejo municipal de Trípoli responsabilizó a la clase política gobernante del deterioro de la situación en la capital y exhortó a la comunidad internacional a que “proteja a los civiles en Libia”.
PUBLICIDAD
La violencia causó un pánico generalizado entre los habitantes de Trípoli. Las imágenes que circularon en internet mostraron casas, instalaciones gubernamentales y vehículos aparentemente dañados durante los combates. Otras imágenes mostraron el despliegue de las fuerzas de la milicia y el intenso intercambio de fuego en el cielo nocturno.
La misión de Naciones Unidas en Libia señaló que los combates involucraron “ataques indiscriminados con artillería mediana y pesada en vecindarios poblados por civiles” de Trípoli.
La misión instó a un alto el fuego inmediato y a que todas las partes en Libia se “abstengan de utilizar cualquier forma de discurso de odio e incitación a la violencia”.