MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
El nuevo tope tarifario en Reino Unido, que entrará en vigor a partir del próximo 1 de octubre, refleja el continuo aumento de los precios mayoristas del gas a nivel mundial, cuya subida comenzó coincidiendo con el levantamiento de las restricciones por la pandemia de COVID-19 y que se ha incrementado a niveles récord debido al recorte de suministros pocedentes de Rusia, ha explicado el regulador.
El precio tope fija un precio máximo unitario a la energía que refleja el coste de comprarla en el mercado mayorista y suministrarla a los hogares. Asimismo, también establece una estricta tasa de beneficio para los proveedores por la comercialización de energía doméstica.
En este sentido, Ofgem ha subrayado que el precio máximo no puede establecerse por debajo del coste real de comprar y suministrar energía a nuestros hogares y, por lo tanto, los costes crecientes de la energía se reflejan en él.
"Sabemos el impacto masivo que tendrá este aumento de precios máximos en los hogares de Gran Bretaña y las decisiones difíciles que los consumidores tendrán que tomar ahora", ha reconocido Jonathan Brearley, director de Ofgem, quien ha atribuido la escalada de precios a niveles récord al acto económico agresivo del Estado ruso al cortar el suministro de gas a Europa.
"El paquete de apoyo del Gobierno está brindando ayuda en este momento, pero está claro que el nuevo primer ministro deberá actuar más para abordar el impacto de los aumentos de precios que se producirán en octubre y el próximo año", ha añadido, subrayando que será necesario actuar de manera "urgente"
PUBLICIDAD
El regulador británico volverá a revisar el tope del precio de la energía en enero de 2023 y, a pesar de no ofrecer proyecciones de precios máximos por la elevada volatilidad de los mercados, ha advertido de que "los precios podrían empeorar significativamente hasta 2023".
En este sentido, la consultora Cornwall Insight anticipa que el nuevo límite de precios podría elevarse para el primer trimestre del próximo año hasta las 4.649 libras (5.508 euros) y llegar a 5.341 libras (6.327 euros) en el segundo trimestre de 2023 desde donde se moderaría a 4.767 libras (5.647 euros) en el tercer trimestre.
La tasa de inflación interanual del Reino Unido se situó el pasado mes de julio en el 10,1 por ciento, frente al 9,4 por ciento registrado en junio, lo que representa el mayor incremento de los precios desde 1982.
El Banco de Inglaterra había alertado de que la subida del IPC puede superar el 13 por ciento en el cuarto trimestre de 2022 y mantenerse en niveles muy elevados durante gran parte de 2023, después de la revisión del tope del precio de la energía en octubre.