MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
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Cuando las hembras de los mosquitos buscan un ser humano al que picar, huelen un cóctel único de olores corporales que las personas, que estimulan los receptores de la antena de los mosquitos. Los científicos han intentado eliminar estos receptores para que los humanos sean indetectables para los mosquitos.
Sin embargo, incluso después de eliminar del genoma de los mosquitos toda una familia de receptores sensibles a los olores, siguen encontrando la forma de picarnos.
"Los mosquitos rompen todas nuestras reglas favoritas sobre cómo huelen los animales", reconoce en un comunicado Margo Herre, científica de la Universidad Rockefeller y una de las autoras principales del artículo.
En la mayoría de los animales, una neurona olfativa sólo es responsable de detectar un tipo de olor. "Si eres un humano y pierdes un solo receptor odorante, todas las neuronas que expresan ese receptor perderán la capacidad de oler ese olor", explica Leslie Vosshall, del Instituto Médico Howard Hughes, profesora de la Universidad Rockefeller y autora principal del trabajo. Pero ella y sus colegas descubrieron que este no es el caso de los mosquitos.
"Hay que esforzarse más para acabar con los mosquitos porque deshacerse de un solo receptor no tiene ningún efecto --advierte--. Cualquier intento futuro de controlar los mosquitos mediante repelentes o cualquier otra cosa tiene que tener en cuenta lo inquebrantable que es su atracción hacia nosotros".
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"Este proyecto empezó realmente de forma inesperada cuando estudiamos cómo se codificaba el olor humano en el cerebro del mosquito", añade Meg Younger, profesora de la Universidad de Boston y una de las autoras principales del trabajo.
Descubrieron que las neuronas estimuladas por el olor humano 1-octen-3-ol también son estimuladas por las aminas, otro tipo de sustancia química que los mosquitos utilizan para buscar a los humanos. Esto es inusual, ya que según todas las reglas existentes sobre el olfato de los animales, las neuronas codifican el olor con una especificidad estrecha, lo que sugiere que las neuronas del 1-octen-3-ol no deberían detectar las aminas.
"Sorprendentemente, las neuronas para detectar a los humanos a través de receptores de 1-octen-3-ol y de aminas no eran poblaciones separadas", señala Younger. Esto puede permitir que todos los olores relacionados con los humanos activen "la parte de detección de humanos" del cerebro del mosquito incluso si se pierden algunos de los receptores, actuando como un mecanismo de seguridad.
El equipo también utilizó la secuenciación de ARN de un solo núcleo para ver qué otros receptores expresan las neuronas olfativas individuales de los mosquitos. "El resultado nos dio una amplia visión de lo común que es la coexpresión de receptores en los mosquitos", dice Olivia Goldman, otra autora principal del trabajo.
Vosshall cree que otros insectos pueden tener un mecanismo similar. El grupo de investigación de Christopher Potter, de la Universidad Johns Hopkins, informó recientemente de que las moscas de la fruta tienen una coexpresión similar de receptores en sus neuronas. "Esto puede ser una estrategia general para los insectos que dependen en gran medida de su sentido del olfato", dice Vosshall.
En el futuro, el grupo de Meg Younger planea descubrir el significado funcional de la coexpresión de diferentes tipos de receptores olfativos.