MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
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La hipótesis, publicada en la revista científica Nature Astronomy por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y otros, se extrajo de un análisis de muestras del asteroide Ryugu recolectadas por la sonda espacial Hayabusa2.
Sigue siendo un misterio cómo la Tierra, que consistía casi en su totalidad en magma fundido en su formación inicial, llegó a estar cubierta de agua.
"En un sentido amplio, es posible que los pequeños cuerpos celestes trajeran cosas que condujeran al agua y la vida en la Tierra", dijo Motoo Ito, investigador principal de ciencia de geomateriales en la Agencia de Japón para la Ciencia y Tecnología de la Tierra Marina, citado por The Mainichi.
En diciembre de 2020, una cápsula que había sido transportada en una misión de seis años por Hayabusa2 entregó más de 5,4 gramos de material superficial a la Tierra desde el asteroide Ryugu, ubicado a más de 300 millones de kilómetros de distancia.
Si bien las partículas de Ryugu mostraron una composición similar a la del agua de la Tierra, hubo algunas ligeras diferencias, lo que llevó a los investigadores a plantear la hipótesis de que la Tierra también pudo haber obtenido su agua de otros lugares además de los asteroides.
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Un análisis de ocho partículas, con un total aproximado de 59 miligramos, del asteroide Ryugu encontró en casi todas ellas materia orgánica y agua no en forma líquida sino un grupo hidroxilo que consiste en un átomo de oxígeno unido a un átomo de hidrógeno, con una composición similar a la de agua contenida en polvo cósmico y cometas.
Protegidos por una "cuna" de filosilicatos, se cree que soportaron duros cambios ambientales después de abandonar el sistema solar exterior, donde están presentes el agua y la materia orgánica.
También se encontraron áreas orgánicas compuestas de una materia conocida como hidrocarburo alifático dentro de los filosilicatos de grano relativamente grueso. Los granos gruesos circundantes, que son más resistentes al calor, pueden haber evitado que el agua y la materia orgánica fueran alteradas por el medio ambiente.
Hayabusa2 salió de la Tierra en 2014 y alcanzó su posición estacionaria sobre Ryugu en junio de 2018 después de viajar 3200 millones de km en una órbita elíptica alrededor del Sol durante más de tres años. La sonda aterrizó en el asteroide dos veces al año siguiente, recolectando las primeras muestras del subsuelo de un asteroide.
Los investigadores descubrieron previamente que Ryugu, nacido de un cuerpo padre formado en el sistema solar exterior, viajó al sistema solar interior y que sus partículas contienen aminoácidos, compuestos orgánicos que se dice que son la "fuente de la vida".