La agencia pública de salud de África dice que el continente de mil 300 millones de habitantes aún no tiene una sola dosis de la vacuna contra la viruela del mono, pero que está en “conversaciones muy avanzadas” con al menos dos socios.
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El director interino de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de África, Ahmed Ogwell, dijo a los periodistas el jueves que no podía dar detalles, pero que los socios son “principalmente instituciones multilaterales y gobiernos no africanos”. No hay discusiones con el sector privado porque todas las dosis disponibles ya fueron adquiridas por países, añadió.
Pero en Congo se realizan pruebas clínicas con la vacuna Jynneos, cuya aplicación ya fue autorizada de emergencia, dijo Ogwell. Se considera a la vacuna de dos dosis el arma médica principal contra la enfermedad, pero las existencias son limitadas. El centro de salud no respondió de inmediato a una pregunta sobre los detalles de las pruebas.
Se reportaron más muertes de viruela del mono en el continente africano que en el resto del mundo. Desde mayo, casi 90 países registraron más de 31 mil casos de la enfermedad.
Durante este año, 11 países africanos registraron al menos dos mil 947 casos, 104 de ellos fatales. Pero muchos de los casos son sospechosos porque el continente africano carece de suficientes recursos de diagnóstico para realizar debidamente las pruebas, dijo el director del centro de salud.
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La falta de vacunas y la escasez de materiales para el diagnóstico son algunos de los retos que enfrentaron los 54 países de África durante la pandemia de Covid-19 a medida que los países más ricos se apresuraban a apoderarse de las existencias.
En julio, la Organización Mundial de la Salud declaró que el brote creciente de la viruela del mono, antes una enfermedad rara, era una emergencia internacional: la semana pasada, Estados Unidos la declaró emergencia nacional.
Fuera de África, el 98% de los casos se dan en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Dada la escasez mundial de vacunas, las autoridades aceleran las medidas para detener la trasmisión de la viruela del mono antes de que la enfermedad pueda arraigarse.