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La espantosa historia de la niña colombiana criada por monos en la selva

La mujer fue criada por monos capuchinos durante 5 años después de haber sido abandonada en la selva

Marina Chapman, mujer criada por monos

Marina es una ciudadana británica de origen colombiano, quien decidió inmortalizar su historia de vida en una autobiografía llamada ‘La niña sin nombre’, donde contó sus relatos de como logró sobrevivir en las selvas colombianas a los cuatro años de edad.

La historia empezó en el año 1957 cuando Marina, con cuatro años de edad, y como describe el momento en el que vio una mano negra sujetando un pañuelo con alguna sustancia adormecedora, directamente a su rostro. La pequeña no tuvo tiempo para gritar. Inmediatamente, la menor fue llevada a un carro para luego ser dejada a su suerte en la selva del Catatumbo.

Cuando recuperó la conciencia se percató del lugar en donde se encontraba: la densidad de la naturaleza en todo su esplendor. Estaba en la nada misma. Ante la incertidumbre de donde se encontraba, tomó la decisión de adaptarse a la selva, la cual fue su hogar durante cinco años.  Marina empezó a imitar la rutina de los monos, alimentándose de insectos y frutas silvestres. Así fue como se relacionó con la manada de monos que allí habitaba.

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Con el paso del tiempo aprendió a balancearse en los árboles, cazar y huir de los depredadores, aprendió a comunicarse mediante sonidos con los monos, y así se adaptó al salvaje estilo de vida como toda una habitante nativa de la selva. Un día, para saciar su apetito, sin saberlo se comió una fruta venenosa, que terminó por hacerla convulsionar. Pero la vida no acabaría para ella tras este suceso, fue rescatada por dos cazadores, quienes se la llevaron y la atendieron. Ese fue su primer contacto con la civilización en cinco años.

Desafortunadamente este ‘rescate’ no fue algo positivo para ella, pues los cazadores la vendieron a la menor a un prostíbulo ubicado en Cúcuta. Ahí recibió mucho odio debido a sus malos modales para comer y porque no sabía ir al baño, por las obvias condiciones a las que estaba acostumbrada. Maria relató en su libro que en un punto, la dueña del establecimiento trató de matarla. 

Después de soportar los constantes maltratos, Marina decidió huir de este prostíbulo sin un rumbo fijo, y le tocó vivir en la calle durante años. Su cama fue un parque y para comer tuvo que robar. Este hábito la hizo popular en la capital de Norte de Santander, al punto de que otros niños en su misma situación la apodaron ‘Pony Malta’.

Pero logró salir adelante y escapó de la miseria

Ya cansada de vivir en la calle, Marina encontró trabajo siendo una empleada doméstica en la casa de unos mafiosos, donde continuó siendo maltratada. Esto llegó a los oídos de una vecina, quien la ayudó a huir de ahí. Esta mujer inmediatamente internó a la joven en un convento durante un tiempo. Más adelante, la señora la llevó a casa de una de sus hijas, María, donde la adoptaron.

Tiempo después, una de las hermanas de María decidió mudarse al Reino Unido. Inmediatamente, esta le propuso a Marina para que la acompañara y se convirtiera en la niñera de sus hijas. Chapman aceptó y se fue sin pensar que esa habría sido la mejor decisión de su vida. Ya establecida en Yorkshire, Inglaterra, Marina conoció a un hombre llamado John Chapman, con quien se casó en el año 1978. En ese momento, la mujer que fue criada por monos por fin pudo tener una vida común y corriente. Actualmente la pareja sigue casada y procrearon familia: tuvieron dos hijas y tres nietos.

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