POKROVSK, Ucrania (AP) — Unos 50 dolientes escoltaron el jueves dos ataúdes envueltos en satén a través de un frondoso cementerio en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, se trata de los familiares de dos soldados muertos la semana pasada en un frente cercano.
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En un ataúd abierto, se veía el cadáver de Oleh Panchenko, de 48 años, vestido con uniforme militar, y quien presentaba heridas visibles en la cara.
“Nuestro héroe, estaré orgullosa de ti por siempre”, dijo su madre, Lilia, entre sollozos incontrolables mientras se inclinaba sobre él y lo besaba en la frente. “Dios, ¿por qué nos quitas a nuestros hijos?”.
El funeral en Pokrovsk elevó a 20 el número de soldados ucranianos enterrados allí, una sección más nueva del cementerio dedicada a las bajas militares.
Casi todos murieron desde que comenzó la invasión de Rusia el 24 de febrero, y otros cayeron durante los últimos ocho años de lucha entre las fuerzas ucranianas y los separatistas respaldados por Rusia por el control de la región oriental de Donbás.
A medida que las fuerzas rusas siguen avanzando lentamente en la provincia de Donetsk, que constituye la mitad de Donbás, el gobierno de Ucrania brinda servicios funerarios a los soldados muertos en los combates y beneficios para los familiares que quedan atrás.
Uno de esos soldados, Serhiy Marchenko, de 26 años, estaba luchando en la región de Donetsk cuando cayó el 28 de julio.
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En el cementerio de Pokrovsk, un pequeño grupo de sus familiares estaba junto a su ataúd cerrado, envuelto en una bandera ucraniana, mientras un sacerdote con una túnica azul arrojaba el humo de un incensario dorado, parte de un rito funerario ortodoxo.
Los familiares afligidos se sobresaltaron cuando sonaron los disparos de tres soldados ucranianos que realizaban un saludo de tres salvas en honor a los muertos.
Cuando el sacerdote terminó los ritos, Lilia, la madre de Panchenko, sacudió las moscas de la cara de su hijo con un pañuelo bordado hasta que llegó el momento de cubrir su cuerpo y bajar el ataúd a la tumba.
“¡Esperen, esperen!”, suplicaba llorando mientras otros familiares la alejaban, antes finalmente cerrar el ataúd.
Panchenko fue asesinado el 27 de julio después de servir casi cinco meses en el frente.