BEREA, Ohio, EE.UU. (AP) — Deshaun Watson está entrenando y también sigue esperando. Tiene mucho trabajo por hacer.
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El controversial quarterback de Cleveland volvió al emparrillado el miércoles cuando los Browns iniciaron su campamento de pretemporada, sin saber si Watson será suspendido por la NFL por violar las políticas de conducta personal.
Watson fue acusado de acoso sexual por más de dos docenas de masajistas en Texas. El tres veces seleccionado para al Pro Bowl aguarda que la jueza retirada Sue L. Robinson emita un fallo tras una audiencia disciplinaria concluida hace casi cuatro semanas.
Se esperaba que Robinson, quien fue nombrada de manera conjunta por la liga y el sindicato para determinar las penalizaciones a jugadores, tomaría una decisión antes de abrir el campamento, pero no ocurrió.
A la espera de su decisión, los Browns, que vienen de una decepcionante campaña de 8-9, se preparan para la temporada de 17 encuentros que se vería alterada dramáticamente si Watson no puede jugar.
El tres veces defensive end Myles Garrett dijo que las expectativas — de él y del equipo — se mantienen intactas esté disponible o no Watson.
“No cambia sin importar qué suceda con la situación y vamos a mantener un estándar personal alto sin importar que suceda”, indicó Garrett, quien estableció un récord de equipo con 16 capturas la campaña anterior. “La defensa va a hacer lo que sabemos hacer. La última vez que escuché, no pueden ganar si no pueden anotar”.
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Incluso si lo suspenden, Watson podrá entrenar con los Browns y Garrett dijo que su presencia le permitirá al equipo tener una mejor cohesión a diferencia del año pasado cuando varias derrotas por estrecho marcador y la complicada salida de Odell Beckham Jr. provocasen grietas en el seno del equipo.
Los Browns han lidiado con la incertidumbre con el caso de Watson desde que adquirieron al quarterback mediante un canje y luego firmarle con un contrato de 230 millones de dólares en marzo.
