PALMA, 26 (EUROPA PRESS)
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Un estudio de la Universitat de les Illes Baleares (UIB) ha destacado este martes las "violaciones sistemáticas de derechos humanos" en Nicaragua, cuyo gobierno "persiguió" a asociaciones que defendían la evidencia científica a la vez que catalogó a los casos de Covid-19 como "neumonía atípica".
El investigador del departamento de Física de la UIB, Luis Montoya, ha presentado este martes en rueda de prensa un estudio que ha analizado la actuación del gobierno nicaragüense frente a la Covid-19, y que ha contado con la colaboración del Centro de Estudios para la Gobernabilidad y la Democracia en Nicaragua y de varias asociaciones nicaragüenses.
Entre las conclusiones que se extraen está la "sistemática violación de derechos humanos" por parte del gobierno nicaragüense, que "intentó ocultar la evidencia científica desprotegiendo a la población" al hacer caso omiso de los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la vez que perseguía y encarcelaba a asociaciones disidentes y a la oposición política.
EN CONTRA DE TODAS LAS RECOMENDACIONES SANITARIAS
El Gobierno de Nicaragua de la mano del presidente, Daniel Ortega y la vicepresidenta, Rosario Murillo, tomaron medidas que "atentaban contra la salud pública" como la catalogación de la Covid como "neumonía típica" o la prohibición de la implementación del uso de mascarillas y gel hidroalcohólico.
En este sentido, los investigadores han incidido en la criminalización por parte del Gobierno de los ciudadanos que protegían su vida con las medidas sanitarias al considerarlos "oposición política" a la vez que ocultaban los datos de contagios y defunciones.
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Sobre ello han apuntado que un estudio de sobremortalidad, que pone de relieve la diferencia entre los datos reales y los que ofrece el Ministerio de Salud de Nicaragua y que indican que existe una sobremortalidad de 14.825 muertes atribuibles a la Covid-19 en 2020 y 2021, pero el Gobierno de ese país sólo admite 218 decesos.
MIEDO DE LOS ENTREVISTADOS A POSIBLES REPRESALIAS
En el marco del estudio, se ha entrevistado a altos funcionarios del gobierno nicaragüense, a miembros de organizaciones de la sociedad civil y a médicos para recoger testimonios, muchos de los cuales han rogado que se oculte su identidad "por seguridad" y miedo a "posibles represalias".
"Hay muchos opositores que están en la cárcel y no hemos podido recoger su testimonio. En el caso algunos exiliados debemos ocultar su identidad por seguridad, ya que su familia sigue en Nicaragua", ha contado el investigador Luis Montoya, que ha avanzado que la información recogida se utilizará de manera anónima para interponer denuncias a organismos internacionales.
Además para ilustrar la investigación se ha lanzado un cortometraje documental titulado 'En Nicaragua no existe la Covid-19' que cuenta con algunas entrevistas a médicos y personas de la sociedad civil de Nicaragua, y que se puede ver en el canal de 'Youtube' de la UIB.
ALTERNATIVAS DE CONSUMO SOSTENIBLE DE HORTALIZAS
Otro de los estudios presentados este martes por parte de la investigadora del Departamento de Biología, Veriozka Azeñas, ha buscado alternativas de producción y consumo responsable de hortalizas en Mallorca y en Bolivia para "mejorar la calidad de vida de la población" tras los impactos económicos ocasionados por la pandemia.
Para el estudio se han analizado un total de 17 especies, entre ellas el girasol, el sésamo y el rábano, que presentan un "alto rendimiento", y el ajo chino, la quinoa y la soja, que contienen mucha clorofila y carotenoides. Además se han hecho pruebas de cocina con los microbrotes para valorar la calidad y los usos del producto, así como el aroma, la textura y el valor ornamental de diez especies.
El objetivo de la investigación era abordar el impacto económico de la Covid-19 en el sector gastronómico y hotelero mallorquín y en la actividad comercializadora de hortalizas agroecológica
Una de las tareas realizadas es un protocolo de seguridad frente a la Covid-19, en colaboración tanto con productores como con clientes bolivianos, que permita garantizar la seguridad sanitaria, transmitir confianza y, así, fortalecer el mercado boliviano de hortalizas.