WASHINGTON (AP) — Dos altos funcionarios de la Casa Blanca durante la presidencia de Donald Trump serán los testigos clave en la audiencia del jueves de la comisión legislativa que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
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Uno es el entonces subasesor de seguridad nacional Matt Pottinger y la otra es la entonces subsecretaria de prensa Sarah Matthews.
Ambos renunciaron a sus puestos el día que los partidarios de Trump asaltaron el Capitolio. Junto con Cassidy Hutchinson, colaboradora del entonces jefe del despacho presidencial, son los únicos funcionarios de la Casa Blanca en declarar públicamente.
Su comparecencia contrasta con la actitud del grupo de leales a Trump que han tratado de desacatar las órdenes de comparecencia de la comisión, permanecido en silencio o rechazado las revelaciones de la investigación.
Los detalles de lo que declararán Pottinger y Matthews se han mantenido en estricto secreto, pero se prevé que el tema de la audiencia será qué hacía Trump —y qué no hacía— durante el asalto que intentó impedir la certificación del resultado electoral.
Pasaron aproximadamente tres horas entre el discurso de Trump en un acto cerca de la Casa Blanca y su emisión de un video en el que califica a los insurrectos de gente "muy especial” y les que pide que se “vayan a casa ahora”.
Pottinger, de 49 años, y Matthews, de 27, podrían echar luz sobre los sucesos en la trastienda cuando Trump hacía caso omiso de los ruegos de familiares, colaboradores y correligionarios de condenar el asalto y exhortar a la gente a que abandone el edificio.
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Como funcionaria de la oficina de prensa, Matthews había asistido a debates sobre lo que deberían decir la Casa Blanca y Trump durante la insurrección y lo que aconsejaban los colaboradores. Y aunque Pottinger se ocupaba de política exterior, su puesto lo colocaba en la encrucijada de asuntos de seguridad nacional.
Sea lo que fuera que vieron ese día, ambos renunciaron e iniciaron un éxodo de personal de la Casa Blanca y miembros del gabinete.