WASHINGTON (AP) — Ella es demócrata, él republicano, pero Elaine Luria y Adam Kinzinger tienen algo en común: Están dispuestos a sacrificar sus carreras políticas con tal de averiguar qué pasó el 6 de enero del 2021, cuando una turba trumpista tomó el Congreso.
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Ambos tendrán un papel protagónico el jueves, en que se llevará a cabo la última tanda de interrogatorios públicos de la comisión de la cámara baja que investiga el episodio.
Luria, una representante demócrata elegida por primera vez en el 2018, encara una dura campaña de reelección en un distrito peleado de Virginia que fue reconfigurado para darle más peso a los republicanos. Kinzinger, por su parte, pasó a ser un paria entre muchos republicanos por no seguir la línea de Donald Trump y decidió no buscar la reelección.
Los dos sirvieron en las fuerzas armadas. Luria lo hizo durante 20 años en la Academia Naval y estuvo al frente de 400 marinos en el Golfo Pérsico. Kinzinger fue piloto en Afganistán e Irak, y sigue siendo teniente coronel de la Guardia Nacional Aérea.
Norm Eisen, quien fue asesor de la comisión judicial de la cámara baja durante el primer juicio político a Trump, del 2019 al 2020, dijo que tanto Luria como Kinzinger están siendo fieles al juramento que hicieron de “preservar y proteger la constitución y a Estados Unidos”.
La integrante de la comisión que más peligro corre es su vicepresidenta Liz Cheney, una republicana que es feroz crítica de Trump.
Llegó a ser la número tres de la jerarquía republicana en la Cámara de Representantes antes de ser marginada por sus críticas a Trump y encara una elección difícil en un estado muy republicano, Wyoming.
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La suerte que puedan correr Cheney, Luria y Kinzinger daría pistas acerca de si las audiencias sobre el ataque del 6 de enero del 2021 han mermado el control que ejerce Trump sobre el Partido Republicano o no. También revelarían si los esfuerzos por establecer la responsabilidad de Trump en el ataque beneficiarán a los demócratas en unas elecciones de mitad de término que pueden ser brutales para ese partido.
Luria dijo a CNN que considera que Trump “no cumplió con su deber. No intervino. Tenía el deber de intervenir” durante la toma del Congreso.
La audiencia del jueves se enfocará en lo que hizo o dejó de hacer Trump mientras la turba tomaba el Capitolio. Se presentarán testigos que comentarán lo que pasó durante los 187 minutos que transcurrieron desde que Trump pronunció un discurso ante partidarios cerca del Congreso y los exhortó a “pelear como demonios”, porque de lo contrario, “se van a quedar sin su país”, y el momento en que pidió a la multitud que se dispersase, diciéndole a los insurrectos que eran “muy especiales”.
Luria ha dicho en reiteradas ocasiones que el trabajo de la comisión en defensa de la democracia es más importante que sus perspectivas de reelección en un distrito que incluye la Naval Station Norfolk, la base naval más grande del mundo.
Durante una entrevista el año pasado, poco después de ser nombrada para integrar la comisión, Luria sostuvo que su nombramiento la confirmaba como una moderada pragmática en un distrito centrista.
“Creo que es increíblemente importante comprender lo que sucedió, por qué sucedió y qué se puede hacer para evitar que se repita esto”, manifestó.
Durante su campaña, Luria ha dicho que lo del 6 de enero fue apenas un ensayo, que algo así puede repetirse si no se comprenden las raíces del alzamiento.
El senador estatal republicano Jen Kiggans, que busca la banca de Luria, dijo que la contienda no la decidirá la comisión del 6 de enero.
“No me topé con un solo votante o persona cuya puerta golpeé, con una organización cívica que visité o con un evento al que asistí, en el que alguien me haya dicho que este era el tema que más le interesaba”, afirmó Kiggans. “Lo que escucho a diario, una y otra vez, es hablar de los precios de la gasolina, de la escasez de alimentos y de lo mucho que le cuesta a la gente hacer reparaciones en sus casas, comprar los útiles y libros escolares de sus hijos o ir a comer afuera”.
Kinzinger representa su distrito de Illinois desde el 2013. Votó a favor de hacerle un juicio político a Trump y dijo que no buscaría la reelección luego de que la legislatura estatal, controlada por los demócratas, aprobó una reconfiguración de distritos electorales que lo hubiera obligado a dirimir una banca con otro representante republicano, Darin LaHood, que ha defendido con más vigor a Trump.
Kinzinger, no obstante, no descarta volver a postularse a cargos públicos en el futuro.
Eisen, quien fue embajador ante la República Checa bajo el gobierno de Barack Obama y hoy es miembro de la Brookings Institution, dijo que, “en cierto sentido, la disposición (de estos legisladores) a correr riesgos aumenta la fuerza del ejemplo que sientan”.
“La historia va a ser generosa con ellos”, agregó. “No creo que ninguno de ellos se arrepienta de nada”.