MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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El año más dramático fue 2005, en el que murieron a consecuencia del fuego un total de 19 personas, once de las cuales perdieron la vida cuando trabajan en la extinción de un incendio en la provincia de Guadalajara. Los fallecidos formaban parte de de los equipos de retén forestal que combatían las llamas ocasionadas por una barbacoa en el paraje de Los Jarales, en Riba de Saelices.
El segundo ejercicio con mayor número de víctimas mortales fue 2011, en el que se registraron una docena de fallecidos, seis de los cuales eran trabajadores del Gobierno aragonés que murieron al estrellarse el helicóptero en el que se dirigían a apagar un conato de incendio en Teruel.
2003 y 2009 fueron dos de los ejercicios más trágicos con once víctimas mortales cada uno de ellos. En 2003, cinco miembros de una familia perecieron cuando intentaban abandonar su casa para huir de un incendio forestal en Sant Llorenç Savall (Barcelona). Las víctimas murieron asfixiadas al meterse en una torrentera, apenas a un centenar de metros de la masía donde vivían. La Guardia Civil había acudido a rescatarlos, pero creyó que estaban de vacaciones al encontrar las puertas cerradas por fuera con candados.
Y en 2009, entre los once fallecidos se encontraban los dos ocupantes de un helicóptero que colaboraba con los Bomberos de la Generalitat de Cataluña y que murieron al sufrir un accidente en Mollet del Vallés (Barcelona), cuando cargaba agua para sofocar un pequeño incendio registrado en la zona.
El 2012 fue uno de los años con mayor número de hectáreas devastadas por las llamas y entre los 10 muertos registrados ese año figuran dos brigadistas que participaban en la extinción de un fuego declarado en el municipio de Torremanzanas, en el interior de Alicante.
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El fuego se cobró la vida de nueve personas en España en 2010, cuatro de ellas -dos brigadistas y dos tripulantes de avioneta- fallecieron en labores de extinción de incendios forestales y el resto, en su mayoría personas mayores, intentando apagar pequeños conatos o rastrojos. Los dos brigadistas eran miembros del servicio de extinción de incendios de la Xunta de Galicia.
En 2006, la cifra de víctimas mortales se elevó a ocho y 2017 fue un año especialmente trágico en Galicia, con la muerte de cuatro personas de edad avanzada en una intensa ola de incendios provocados que se registraron en octubre. A estos, hubo que sumar otros dos fallecidos, uno en Canarias y otro en Castilla y León.
Los años con mejores registros fueron 2001, 2007, 2008, 2013, 2016, 2019 y 2021 con un fallecido en cada ejercicio. La década se estrenó con seis muertos en el año 2000, el mismo número de víctimas mortales que en 2002, en 2015 y 2019 fueron tres y en el año 2004 y 2014, las víctimas mortales se elevaron a cuatro cada año.