MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
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Los restos encontrados en la denominada Sima del Elefante permitirán entender el origen de la cara moderna, según Rosa Huguet, investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), y coordinadora del yacimiento de la Sima del Elefante.
El hallazgo tuvo lugar el pasado 30 de junio, cuando se recuperaron una serie de restos óseos recubiertos de arcilla. Tras limpiarlas y ser analizadas por varios especialistas, se determinó que estos restos correspondían a un maxilar humano.
Este fósil humano de la Sima del Elefante se ha recuperado a aproximadamente dos metros por debajo de la mandíbula humana recuperada en 2007 que se asignó como Homo sp. --especie sin determinar por falta de datos concluyentes--. Es muy probable que este nuevo fósil de la Sima del Elefante corresponda a un individuo que podría haber formado parte de la misma población biológica que el individuo de la mandíbula. Si así fuere, formaría parte de una de las primeras poblaciones que colonizaron Europa y contribuiría a determinar finalmente la identidad de la especie humana de la Sima del Elefante.
Desde hace un par de décadas, y gracias a los hallazgos en el nivel TD6 del yacimiento de la Gran Dolina, otro de los que se distribuyen en Atapuerca, los miembros de la comunidad científica debaten sobre el modelo evolutivo más coherente para explicar el origen de la cara moderna.
Homo antecessor, descrito por primera vez en el año 1994 y con una antigüedad de unos 850.000 años, presenta la cara moderna más antigua hasta ahora en la historia de la humanidad. Pero, ¿cuándo surgió un aspecto como el nuestro? Ahora, gracias al nuevo hallazgo en Atapuerca, se espera tener una oportunidad única para avanzar en la respuesta a esta cuestión: se podrá hacer una comparación detallada entre el nuevo rostro hallado en la Sima del Elefante con el de Homo antecessor y profundizar en el origen de la especie descrita hace 25 años por el Equipo de Investigación de Atapuerca.
En su conjunto, los nuevos hallazgos significan, pues, un paso muy importante en las investigaciones que se desarrollan en Atapuerca y un avance muy importante en la investigación para conocer su antigüedad, la naturaleza y los protagonistas de las primeras ocupaciones humanas de Europa, según informa un comunicado del IPHES.