BUENOS AIRES (AP) — La vicepresidenta y exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner calificó el viernes como un acto de “irresponsabilidad política” y “desestabilización institucional” la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán, hace casi seis días, lo que desató nuevas turbulencias sobre la economía argentina.
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La palabra de la vicepresidenta era esperada desde el último sábado, cuando Guzmán renunció por la falta de apoyo dentro del propio oficialismo a su plan para bajar el déficit fiscal y controlar la inflación, que acumula cerca del 30% en lo que va del año.
El ahora exministro era sostenido por el presidente Alberto Fernández a pesar de los constantes embates públicos de la vicepresidenta contra el acuerdo alcanzado por el economista con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar una deuda de 45.000 millones de dólares.
“El sábado nos enteramos de la intempestiva salida del ministro de Economía, un inmenso acto de irresponsabilidad política”, definió la exmandataria de centro-izquierda (2007-2015) durante la inauguración de una sala cinematográfica en la Patagonia. “También fue un acto de desestabilización institucional. El mundo como está, el país como está, el dólar como está, hacerlo enterar al presidente de una renuncia por Twitter no me parece bien, no me parece bien para la sociedad en su conjunto”.
Guzmán renunció a través de una extensa carta que publicó en sus redes sociales y en la cual le recomendó al presidente elegir a su reemplazante con el consenso político de las distintas corrientes dentro del oficialismo.
Su salida agravó un escenario ya inestable con un fuerte aumento del riesgo país, desplome de los títulos argentinos en el exterior y un dólar que se disparó en el mercado de cambios informal.
“Fue un gesto de inmensa ingratitud personal con el presidente”, acotó Fernández de Kirchner. “El presidente había bancado a ese ministro de Economía como nadie, incluso enfrentándose con las propias fuerzas que integran la coalición. ¿Se merecía realmente eso?”.
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Guzmán fue reemplazado por Silvina Batakis, una economista heterodoxa —es decir, que cree en la intervención del estado en la economía— con larga experiencia en la administración pública y más afín a las políticas populistas del kirchnerismo.
Los analistas leyeron la renuncia de Guzmán como un golpe para la autonomía del presidente Fernández y un avance de la vicepresidenta en un área estratégica del gobierno, lo cual plantea un escenario incierto hasta las elecciones generales de 2023.
En la última semana, el presidente y su vicepresidenta mantuvieron varios encuentros a solas sin que trascendiera el contenido de sus charlas.
Fernández de Kirchner no se refirió al asunto este viernes, pero sí alertó sobre la urgencia de un acuerdo nacional para definir la política económica de los próximos años, en especial para enfrentar la escasez de dólares, un problema recurrente en el país sudamericano.
“Así gane Mandraque el mago (en 2023) no va a ver solución a este problema estructural de la Argentina, que es la economía bimonetaria”, afirmó la vicepresidencia en referencia a la predilección de los argentinos por ahorrar en dólares por la desconfianza en su propia moneda tras varias crisis a lo largo de su historia.
“La patria y el país necesitan una discusión en serio de lo que nos pasa a los argentinos en un mundo que tiende a agravarse... está muy feo afuera. Por eso les pido a todos y todas... encontrar un punto de coincidencia común, sino no va a haber Argentina para nadie”, concluyó la dirigente.