Cuando la Corte Suprema de Estados Unidos revocó el derecho federal al aborto, que había regido durante medio siglo, empresas como Amazon, Disney, Apple y JP Morgan se comprometieron a pagar los costos de los viajes de sus empleadas que viven en estados donde se prohibió el aborto para que puedan interrumpir sus embarazos en otros estados que sí lo permiten.
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Las firmas dieron pocos detalles sobre cómo funcionaría esto y no está claro si podrán cumplir con ese compromiso en un plano legal, protegiendo al mismo tiempo la privacidad de las empleadas y evitando que sean llevadas a juicio.
“La mayoría de los patrones no estaban preparados para una anulación de Roe”, dijo Brian Kropp, vicepresidente de la consultora Gartner, aludiendo al caso Wade v. Roe que había legalizado el aborto. “Y quienes lo estaban, no pensaron que la ley cambiaría de inmediato. Ahora tratan de ponerse al día con lo sucedido”.
Kropp dijo que muchas compañías anunciaron beneficios para sus empleadas embarazadas sin tener lista la infraestructura necesaria. Algunas, indicó, están elaborando nuevas políticas que permitirían a las empleadas adquirir un seguro que costee un viaje para abortar, mientras que otras están contactando a aseguradoras para ver si se puede incorporar ese gasto a los planes actuales. También se estudia cómo ofrecer el beneficio sin violar la privacidad de las empleadas.
“¿Las empleadas se verán obligadas a decirle a su jefe que viajarán de Texas a California para someterse a un aborto?”, preguntó Kropp.
La respuesta es que no. Pero probablemente tengan que decírselo a alguien del departamento de recursos humanos, según Sharona Hoffman, profesora de derecho de la Case Western Reserve University especializada en temas de la salud. La empresa o la aseguradora darán entonces un adelanto o reembolsarán a la empleada tras la intervención.
Hoffman dijo que los costos de viaje serían un “beneficio generoso” que dan las empresas y que no le sorprendería “si más firmas lo adoptan, (aunque) sin publicitarlo demasiado” por temor a ser criticadas en vista de que se trata de un tema muy delicado, que genera divisiones.
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“No es algo necesariamente altruista”, manifestó. “A las empresas no les conviene tener empleadas muy estresadas porque quedaron embarazadas sin desearlo y tienen que seguir adelante con sus embarazos”.
Por ahora, las grandes empresas que ofrecen pagar los costos de los viajes para abortar probablemente incorporen ese beneficio a los planes de salud existentes, según Jonathan Zimmerman, socio de la firma de abogados Morgan Lewis, que ayuda a las compañías a planificar sus beneficios.
Muchas ofrecen seguros médicos propios, lo que les da más flexibilidad para decidir qué beneficios ofrecen.
Las empresas más pequeñas tienen menos opciones. Generalmente compran seguros médicos a aseguradoras que están sujetas a las leyes estales. En numerosos estados se prohibirá o restringirá el aborto.
La doctora Ami Parekh, directora de salud de Included Health, dijo que las firmas tratan de adaptarse a los nuevos tiempos “tan rápido como pueden”.
Algunas ya ofrecen la posibilidad de que la pareja de la empleada embarazada viaje con ella al sitio donde se someterá a un aborto.
En medio de cambios tan grandes y tan rápidos, añadir los viajes para abortar a los actuales planes médicos puede conllevar riesgos. En mayo, 14 legisladores estatales de Texas enviaron una carta a la empresa Lyft en la que le advirtieron que presentarán una legislación que impedirá la presencia en el estado de toda firma que pague por los abortos de sus empleadas.
Por ahora no se ha presentado una legislación de ese tipo. Además, no es ilegal viajar a un estado donde el aborto es legal, de acuerdo con Hoffman. Al menos por ahora.
“Los patrones deben manejarse en un mundo en el que las leyes cambian rápidamente”, dijo Sharon Masling, directora de una unidad de Morgan Lewis que lidia con los derechos reproductivos de las empleadas. “Va a haber muchas demandas en los próximos años”.
Al margen del aspecto legal, el que una firma pague por los viajes de sus empleadas para realizarse abortos puede generar otros problemas, según Kropp. Los empleados que no están de acuerdo con el aborto podrían molestarse. Y quienes sí lo apoyan también podrían preguntarse por qué no les pagan a ellos viajes para hacerse tratamientos de fertilidad o para transgéneros, indicó.
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Haleluya Hadero y Anne D’Innocenzio colaboraron en este despacho desde Nueva York y Matt O’Brien lo hizo desde Providence (Rhode Island).