NORTH PLAINS, Oregon, EE.UU. (AP) — El segundo evento de la gira LIV Golf, financiada por Arabia Saudí, inició el jueves ante la molestia de un grupo de familias que perdieron a seres queridos durante los ataques terroristas del 11 de Septiembre y quieren que el gobierno saudí rinda cuentas por los atentados.
PUBLICIDAD
Alrededor de 10 familiares y sobrevivientes ofrecieron una conferencia en un pequeño parque en honor a los veteranos de guerra ubicado en la pequeña localidad de North Plains, donde se ubica el Club de Golf Pumpkin Ridge.
“Este evento no es otra cosa que un grupo de deportistas sumamente talentosos que le han dado la espalda al crimen de homicidio”, dijo el sobreviviente Tim Frolich, quien resultó herido en el desplome del World Trade Center.
La serie LIV Golf, financiada por el fondo soberano de Arabia Saudí, realizó su primer evento en suelo estadounidense esta semana, después de debutar a principios de este mes a las afueras de Londres.
El mexicano Carlos Ortiz tomó la punta el jueves con tarjeta de 5 bajo par, 67. Dustin Johnson, ganador del Masters en 2020, se encontraba un golpe detrás. Pat Perez, Brenden Grace e Hideto Tadihara se encuentran a dos impactos del líder.
La nueva serie, encabezada por el director general Greg Norman, pretende competir con la PGA y ha atraído jugadores con enormes bonos y suculentas bolsas. Pero los críticos se refieren a la gira como un intento de desviar la atención de los abusos de derechos humanos en Arabia Saudí, incluyendo el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018.
A nivel local, los opositores resaltan el caso del joven de 15 años Fallon Smart, quien murió atropellado en 2016. El hombre de ciudadanía saudí acusado en el caso se retiró un brazalete de monitoreo poco antes de su juicio y escapó. Las autoridades estadounidenses creen que el gobierno saudí colaboró para que regresara a su país.
PUBLICIDAD
Y luego están las familias del 11 de Septiembre, que se han puesto en contacto con algunos de los jugadores de la nueva gira, pero no han obtenido una audiencia. El grupo produjo una pausa publicitaria que se transmite en la televisión local.
“Estos golfistas que se meten a la cama con los saudíes, deberían saber lo que están haciendo. Que pena por ellos. Y a los golfistas que dicen que es sólo un juego de golf, que pena por ellos”, dijo Brett Eagleson, director del grupo 9/11 Justice, que perdió a su padre en el World Trade Center. “Los invito a vivir con el dolor en nuestros ojos, a escuchar nuestras historias y a ponerse en nuestros zapatos, a escuchar lo que tenemos que decir sobre el reino de Arabia Saudí”.
En Pumpkin Ridge había una notable presencia policial, incluyendo en la puerta principal. Había rumores de una zona designada para protestas en uno de los estacionamientos, pero nadie estaba seguro de dónde. Los boletos de entrada advertían a los espectadores que no podían desplegar pancartas políticas.
Phil Mickelson, ganador de seis majors y uno de los principales atractivos de la gira, tuvo una de las mayores galerías de la primera ronda.
“En esta zona no hay muchas oportunidades de ver a estos jugadores en persona”, dijo Will Knowles, uno de los aficionados. “Me mantengo fuera de la política”.
Debido a que el evento se llevó a cabo en dos campos, fue difícil dimensionar las multitudes y la gira no dio a conocer cifras de asistencia.
Para los golfistas, parte del atractivo de la gira es el dinero. Además de los cuantiosos bonos, los 48 jugadores compiten por una bolsa de 20 millones de dólares, con un premio adicional de 5 millones para una competencia en equipos.