CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Luego de convertirse en el primer piloto mexicano en ganar una carrera de la NASCAR Cup el pasado fin de semana, Daniel Suárez recibió cientos de felicitaciones en redes sociales, entre ellas una de Patricio O’Ward y otra de Sergio Pérez, sus exitosos compatriotas en otras categorías del automovilismo.
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Suárez, de 30 años, tuvo que esperar 195 carreras en la serie antes de salir con el puño en alto. Sus festejos luego del logro incluyeron romper una piñata en la pista de Sonoma y celebrar efusivamente con sus compañeros de equipo.
“Logramos una meta que tenía, pero la vida no cambia, hay que seguir trabajando”, dijo Suárez en una videoconferencia el martes desde su casa en Monterrey, ciudad del norte de México. “Tenemos más confianza y comodidad porque ya sabemos que lo podemos hacer”.
Después de la carrera, Suárez durmió poco porque tenía un vuelo de Charlotte, Carolina del Norte, a Monterrey para pasar una semana franca con sus familiares y de paso celebrar.
Fue en esos momentos en los que el piloto, ya más tranquilo, pudo revisar algunos mensajes, aunque acepta que aún no acaba de leer todos los que recibió en su teléfono móvil.
Entre éstos están los de Pérez, quien horas antes del triunfo de Suárez, había terminado segundo en el Gran Premio de Azerbaiyán de la Fórmula Uno.
“Eso es importante, soy gran amigo de ambos y estoy contento con lo que han hecho, con Pato y Sergio. Los conozco desde creo que 20 años”, dijo Suárez, quien al igual que Pérez es apoyado por el multimillonario mexicano Carlos Slim, quien los patrocinó desde el inicio de sus carreras.
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O’ Ward no pertenece al grupo de pilotos auspiciados por Slim, pero ha tenido mucho éxito en la Indycar y hace apenas un par de semanas quedó en el segundo puesto en la mítica prueba de las 500 Millas de Indianápolis.
“Estamos juntos en esto y el ser exitosos en distintos seriales es muy especial”, dijo Suárez.
El piloto regiomontano recordó sus duros inicios en una serie donde son una excepción no sólo los mexicanos sino los latinoamericanos en general.
“Me siento aliviado, aunque mi vida como piloto no cambia, si es un peso menos en la espalda en este momento. No era divertida la pregunta de cuándo vas a ganar una carrera que me hacían”, reconoció.
“Pero la verdad yo siempre sentí que pertenecía en lo más alto, en cada serie en la que había corrido había tenido éxito menos en esta, hasta ahora. Aquí no basta ser buen piloto sino tener buen equipo, el paquete completo”, agregó.
En su andar por la NASCAR, el mexicano ha militado en la escudería de Joe Gibbs y después pasó por Stewart-Hass Racing, Gaunt Brothers Racing y ahora Trackhouse Racing, que tiene como copropietario al cantante Pitbull.
Suárez firmó un contrato de dos años que está por expirar. Dijo que ha charlado con los dirigentes sobre una renovación, pero por ahora no quiere pensar en eso.
“Cuando empezamos a tener esas conversaciones no quise pensar en eso sino en ganar carreras. Es mi casa y no voy a ningún lado, pero no me voy a preocupar por eso, es mi casa y se arreglarán las cosas”, agregó.
Si eso pasa y Suárez mantiene la inercia positiva, no será la última vez que reciba tantas felicitaciones, incluyendo las de sus compatriotas, integrantes de esta era dorada del automovilismo mexicano.