MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
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El doctor Michael Pittman, profesor asistente de la Facultad de Ciencias de la Vida de CUHK (Universidad China de Hong Kong) aplicó la técnica de fluorescencia estimulada por láser (LSF) a un espécimen de piel fosilizada de Psittacosaurus, un animal de dos metros de largo y dos patas comedor de plantas vivió en China durante el período Cretácico.
"Usando imágenes de LSF, identificamos escamas distintivas que rodeaban una cicatriz umbilical larga en el espécimen de Psittacosaurus, similar a ciertos lagartos y cocodrilos vivos. Llamamos a este tipo de cicatriz ombligo, y es más pequeña en humanos. Este espécimen es el primer fósil de dinosaurio que conserva un ombligo, lo que se debe a su excepcional estado de conservación".
A diferencia de los humanos, los dinosaurios no tenían cordón umbilical porque ponían huevos. En cambio, el saco vitelino de los dinosaurios estaba unido directamente al cuerpo a través de una abertura en forma de hendidura, que también se encuentra en otros animales terrestres que ponen huevos. Es esta abertura la que se selló aproximadamente en el momento en que el animal eclosiona, dejando una cicatriz umbilical larga y distintiva. Si bien la naturaleza de los dinosaurios que ponen huevos predice una larga cicatriz en el ombligo, este estudio es el primero en respaldar esta hipótesis con evidencia fósil.
"Si bien este hermoso espécimen ha sido una sensación desde que se describió en 2002, hemos podido estudiarlo bajo una luz completamente nueva utilizando imágenes de fluorescencia láser novedosas, que revelan las escamas con un detalle increíble", dijo el Dr. Pittman.
El doctor Phil R. Bell de la Universidad de Nueva Inglaterra en Armidale, Australia, autor principal y corresponsal conjunto del estudio, comentó: "Este espécimen de Psittacosaurus es probablemente el fósil más importante que tenemos para estudiar la piel de los dinosaurios. Pero continúa produciendo sorpresas que podemos traer a la vida con nueva tecnología como la imagen láser".
El espécimen está en exhibición en el Museo Senckenberg en Frankfurt, Alemania. Los hallazgos fueron publicados en la revista internacional de biología BMC Biology.