Europa se encuentra en alerta por la aparición de decenas de afectados por la viruela del mono, una enfermedad que ha puesto de nuevo en tela de juicio a la comunidad gay ya que buena parte de los afectados proviene de este grupo social.
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Aunque cualquier persona puede enfermarse, se han encontrado patrones que guardan relación con la propagación de la enfermedad, que es contagiosa a través de contacto con fluidos humanos. Por ejemplo las llamadas ‘chemsex’ son un foco.
En España funcionan varios de estos son espacios en los que no se suelen utilizar preservativos. El término es un anglicismo que se deriva de chemical y de sex, es decir, la unión de químicos con el sexo o sexo dopaje, una forma de definir un encuentro sexual que es deliberadamente potenciado con el consumo de diferentes drogas.
El objetivo es lograr que los participantes consuman sustancias para desinhibirse y consumar relaciones sexuales sin protección, una práctica extrema con riesgos irreversibles para la salud.
Varones afectados
La directora de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Madrid, Elena Andradas informó que hay varios hombres mayores de 35 años, bisexuales y homosexuales, que tienen en común haber asistido a sesiones de ‘chemsex’.
En Reino Unido se comenzaron a documentar estas reuniones y se identificó que casi el 40% de los participantes es paciente VIH positivo. La situación puede herir susceptibilidades y generar discriminación en la comunidad LGBTQ+, está siendo exacerbada por los mismos miembros de estos colectivos al participar de estas prácticas.
“El uso de este cóctel de drogas comenzó a ser documentado hace poco más de una década en el colectivo gay de Estados Unidos y tardó poco en extenderse hasta Europa y Reino Unido. Su práctica, en general, se ha acabado asociando a grupos de hombres de buena posición social”, precisó el medio ABC.
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El ‘chemsex’ se vende como sólo para los más atrevidos, como si se tratara de un deporte extremo o algo inofensivo. Dentro de los peligros de las “chemsex” se encuentran las adicciones, las sobredosis, el VIH y un sinfín de enfermedades de transmisión sexual.
Los datos reflejan que entre el 29% y el 37% de los hombres que lo practican es VIH positivo. Por ello, los expertos alertan de que más del 90% de las personas que padecen alguna enfermedad de transmisión sexual tuvieron sexo bajo los efectos de las drogas.
Ahora se encuentra nexo entre la viruela del mono y estas reuniones sexuales, pero se aclara que la enfermedad no es exclusiva del colectivo gay.
Peligro de muerte
No hay “chemsex” sin drogas. De allí que quienes participan de estas reuniones saben que deben invertir dinero y con ello ponen en riesgo sus vidas ya que entre otros detalles, estas orgías incluyen la mezcla de varias sustancias, principalmente las alucinógenas o las estimulantes.
“Entre las más utilizadas para mantener relaciones sexuales en estos grupos se encuentran la mefedrona (mefe), la metanfetamina (tina) y el GHB (también conocido como extasis líquido), que pueden afectar directamente a las experiencias sexuales”. También consumen popper, cocaína o fármacos para la disfunción eréctil (tadalifo y sineldafilo).
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