INDIANÁPOLIS (AP) — El presidente de la NCAA Mark Emmert dejará su cargo tras 12 años turbulentos al frente de una asociación cada vez más marginada, en momentos de cambios colosales para el deporte universitario y de embestidas políticas y judiciales.
PUBLICIDAD
John DeGioia, presidente de la junta directiva de la NCAA, anunció la decisión el martes, y dijo que ésta se tomó por acuerdo mutuo. Emmert, de 69 años, continuará desempeñándose en su puesto en tanto un nuevo presidente es nombrado o hasta el 30 de junio de 2023.
La decisión no resulta tan sorpresiva. La NCAA sigue siendo el mayor organismo rector del deporte colegial, pero ha enfrentado duras críticas durante años, por parte de quienes la consideran demasiado estricta e incluso anticuada.
Buena parte de esas críticas se ha dirigido al propio Emmert, quien ha guiado a la NCAA durante el periodo de mayor transformación en la historia de la organización fundada hace más de 100 años.
Durante la última década, los deportistas han ganado más poder, beneficios y capacidad de devengar dinero que nunca antes. El amateurismo se ha redefinido.
Pero algunos consideran a Emmert como un líder que no ha catalizado el cambio sino que se ha resistido a éste.
“Durante mi gestión he enfatizado en la necesidad de enfocarnos en la experiencia y en las prioridades de los deportistas-estudiantes”, dijo Emmert en un comunicado emitido por la NCAA. “Estoy extremadamente orgulloso del trabajo de la asociación durante los últimos 12 años y especialmente complacido por el trabajo duro y la dedicación del personal de la oficina nacional acá en Indianápolis”.
PUBLICIDAD
El anuncio llega un año después de que el consejo aprobó una extensión de contrato para Emmert, hasta 2025. Aquella decisión causó polémica en el ámbito de los deportes universitarios.
En 2021, el salario de Emmert fue de casi 3 millones de dólares.
La NCAA se ha llevado una serie de derrotas costosas ante los tribunales en la última década. La peor llegó el año pasado, cuando la Corte Suprema votó por 9-0 contra la organización en un caso antimonopolio.
El fallo redujo la capacidad de la NCAA para regir el deporte colegial y generó una reestructuración en sus operaciones.