CHICAGO (AP) — Zach LaVine tiene una medalla de oro olímpica, selecciones ha sido elegido All-Star en los últimos dos años y ha ganado un par de concursos de clavadas.
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Pero cuando se trata de apariciones en postemporada de la NBA, su currículum tiene un vacío evidente. Con los Bulls de Chicago en los playoffs, eso está a punto de cambiar.
“Ya era hora”, comentó entre risas.
LaVine finalmente tiene una oportunidad de jugar en postemporada con unos Bulls listos para medirse con Giannis Antetokounmpo y los campeones defensores de la NBA, los Bucks. Su serie de primera ronda inicia el domingo en Milwaukee.
Chicago terminó sexto en la Conferencia Este con 46-36, su primer récord ganador desde que el equipo de la campaña 2015-16 tuvo marca de 42-40. Los Bulls llegaron a los playoffs por primera vez desde que Boston los eliminó en la primera ronda en 2017. Y de paso terminaron con una racha de cuatro temporadas perdedoras consecutivas.
También lidiaron un brote de COVID-19 en el camino y una serie de lesiones, incluido un dolor de rodilla izquierda que ha obligado a LaVine a entrar y salir de la alineación en los últimos meses. Y para colmo, llegan con una racha de 7-15, un cierre amargo para una exitosa temporada regular.
Aun así, este es un gran paso para los Bulls, y para LaVine. En sus primeras siete temporadas con Minnesota y Chicago, nunca jugó en un equipo que ganara más de 31 partidos. Pero una vez que la directiva encabezada por Arturas Karnisovas lo rodeó de un plantel competitivo, todo eso cambió en su octavo año en la NBA.
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La llegada del All-Star DeMar DeRozan, Lonzo Ball y Alex Caruso el verano pasado, junto con Nikola Vucevic en un intercambio antes de la fecha límite de canjes el año pasado, alteró drásticamente la dirección de los Bulls.
Eso llevó a que LaVine jugara en un equipo ganador por primera vez desde su única temporada a nivel universitario en UCLA. Los Bruins tuvieron marca de 28-9 en 2013-14 bajo las órdenes de Steve Alford y perdieron en el Sweet 16 del Torneo de la NCAA ante un equipo de Florida dirigido por Billy Donovan. Ahora, con Donovan en su segunda temporada en Chicago, están del mismo lado.
“Todos tienen que jugar las cartas que se les dan”, dijo LaVine. “Simplemente me tomó un poco más de tiempo que a los demás. No me escapé y me fui a un otro equipo”.
LaVine, quien llegó a Chicago en el intercambio del día del draft de 2017 que envió a Jimmy Butler a Minnesota, tenía un contrato de cuatro años y 80 millones de dólares de Sacramento que fue igualado por los Bulls en julio de 2018. Con su contrato a punto de expirar, ahora piensa en negociar un contrato jugoso en el periodo entre temporadas.
Mientras tanto, hay asuntos más inmediatos por atender.