Los apagones causados por temporales se han más que duplicado en las dos últimas décadas en Estados Unidos como consecuencia de un calentamiento climático que produce tormentas cada vez más destructivas, las cuales no son resistidas por la anticuada infraestructura eléctrica del país, según un análisis que hizo la Associated Press de estadísticas del gobierno.
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Cuarenta estados sufren apagones más largos y hay zonas en las que el clima se torna cada vez más extremo, según la información. Los apagones pueden resultar dañinos, incluso mortales, para las personas mayores, los incapacitados y otras poblaciones vulnerables.
El mantenimiento del tendido eléctrico, por otro lado, es cada vez más costoso en vista de que las empresas deben modernizar redes viejas. Es así que la población no solo sufre más apagones asociados con el clima, sino que también paga más por la electricidad.
“El tendido eléctrico es una advertencia inicial”, expresó Alexandra von Meier, experta en el tema de la Universidad de California (Berkeley). “El cambio climático ya está aquí”.
El análisis de la AP comprobó que:
— Los apagones asociados con el clima subieron de unos 50 anuales a comienzos de los años 2000 hasta un promedio de más de 100 anuales en los últimos cinco años.
—La frecuencia y la duración de estos apagones son las más altas desde que se comenzó a recabar información acerca de la confiabilidad de la red en el 2013. Los clientes sufrieron apagones por un promedio de más de ocho horas en el 2020.
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—Maine, Luisiana y California registraron un aumento del 50% en la duración de los apagones.
La AP analizó información suministrada por las empresas de servicios públicos al Departamento de Energía y concluyó que el principal factor detrás del aumento en los apagones son tormentas invernales que causan estragos en Nueva Inglaterra y destruyen redes eléctricas decrépitas. En los veranos surgen huracanes que azotan la Costa del Golfo de México y la parte oriental del país, provocando apagones que a veces duran meses. Y en el otoño hay vendavales en la costa oeste que obligan a suspender el servicio eléctrico para prevenir incendios forestales.
MAINE
La fragilidad del tendido eléctrico de Maine la sufrió en carne propia Lynn Mason Courtney, una mujer de 78 años, ciega, sobreviviente de cáncer, en Bethel. Cuando el edificio para jubilados en el que vive se quedó sin luz y calefacción durante tres días tras una tormenta invernal en el 2020, la temperatura en su casa bajó a los 6 grados Celsius (42 Fahrenheit) y ella padeció una hipotermia.
“Había dos personas que necesitaban oxígeno y que no tenían adónde ir. Se quedaron en el departamento, rogando por que volviera la luz pronto”, relató Courtney. “Si estás incapacitado, es una situación temible. No estás a salvo”.
Maine sufrió una cantidad récord de apagones asociados con el clima en los últimos años. Más de 500.000 personas se quedaron sin luz en el invierno del 2017. Esto es más de un tercio de la población del estado.
Al calentarse el planeta, es de prever que los climas extremos que hacen peligrar el suministro de electricidad afecten algunas zonas cada vez con más fuerza, según el meteorólogo de la Penn State University Colin Zarzycki.
Una atmósfera más cálida retiene más humedad, aumentando la energía acumulada por las tormentas. Este fenómeno genera huracanes tropicales más destructivos en el sudeste del país, así como tormentas que causan inundaciones en la costa oeste.
LUISIANA
Cuando el huracán Ida dejó sin luz la parte costera de Luisiana el año pasado, el calor mató o colaboró en las muertes de al menos 21 personas, según las autoridades.
David Sneed, de 65 años, falleció en el 12do piso de un departamento que estuvo varios días sin luz tras el temporal del 29 de agosto.
Sneed era obeso y tenía déficits cognitivos, por lo que generalmente se movilizaba en una silla de ruedas, de acuerdo con el reverendo Ken Taylor, del Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleáns, donde Sneed estudiaba para un doctorado.
Taylor visitó a Sneed después de la tormenta y dijo que en su departamento había cerca de 38 grados Celsius (100 Fahrenheit). Seis días después de la tormenta, Taylor volvió a visitar a Sneed, pero nadie le respondió.
Las autoridades encontraron el cadáver de Sneed en el departamento, tirado sobre la silla. Falleció por el calor, según el médico forense.
“Supongo que había ido a su habitación para ponerse los pantalones para ir abajo”, especuló Taylor.
El costo económico de estos fenómenos climáticos es alto. Los reguladores de Luisiana aprobaron 3.200 millones de dólares para pagar por los daños causados por huracanes en el 2020 y el 2021. La empresa energética Entergy Corp. calcula que la gente deberá pagar casi 100 dólares anuales durante 15 años.
La mayoría de las instalaciones de transmisión de energía de Estados Unidos tienen por lo menos 25 años. Los servicios públicos cuadruplicaron sus inversiones en ellas desde el 2000, hasta llegar a los 40.000 millones de dólares anuales, de acuerdo con el Departamento de Energía.
Se planea invertir miles de millones más, a ser costeados por el consumidor.
Estos esfuerzos, no obstante, no bastarán para contener el impacto del cambio climático. “Los costos seguirán subiendo y la confiabilidad seguirá bajando”, aseguró von Meier, la experta de Berkeley.
CALIFORNIA
En California hubo casi 200 incendios forestales en la última década que fueron provocados por daños en el tendido eléctrico. En uno de ellos, en el 2018, un incendio mató a 85 personas en Paradise, al pie de la Sierra Nevada, y la Pacific Gas and Electric Co., la principal empresa de electricidad del país, fue condenada por homicidio involuntario.
Ahora, cuando se pronostican vendavales y condiciones secas, los servicios públicos cortan la luz a título preventivo. Esto puede ser peligroso para personas que usan equipo médico que requiere electricidad.
El análisis de la AP de las declaraciones de los mismos servicios públicos reveló que hubo casi 160.000casos en los que los cortes de luz afectaron a personas con necesidades médicas desde el 2017.
Las empresas tratan de aliviar el impacto de los cortes distribuyendo baterías portátiles y habilitando centros donde la gente puede cargar sus aparatos.
El vicepresidente de PG&E Sumeet Singh dijo que los cortes de luz son un último recurso y que son más infrecuentes ahora gracias en parte a que hay mejores formas de pronosticar fenómenos climáticos peligrosos.
Singh dijo que hay que buscar un equilibrio “entre la seguridad y la confiabilidad” de la red.
Richard Skaff, un parapléjico que defiende los derechos de las personas incapacitadas, dijo que sobrellevó dos cortes de luz de cinco días cada uno en el norte de California. Contaba con un generador que le permitió mantener funcionando su silla de ruedas eléctrica y la calefacción de su casa, pero señaló que mucha gente con incapacidades tiene pocos ingresos y la pasa muy mal durante los cortes de luz.
“Hay que tomar en cuenta el impacto en las personas más vulnerables”, manifestó.
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Caroline Ghisolfi colaboró en este despacho.
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Matthew Brown informó desde Billings (Montana), Patrick Whittle desde Bethel (Maine), Janet McConnaughey desde Nueva Orleáns y Jasen Lo desde Chicago.
Camille Fassett, de Oakland (California) integra el equipo de The Associated Press/Report for America Statehouse News Initiative. Report for America es un programa nacional sin fines de lucro que ubica periodistas en salas de redacción para que informen sobre temas que reciben poca cobertura.
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