KIEV, Ucrania (AP) — Son mayores, jóvenes, locales, extranjeros y, a menudo, novatos en una guerra. Miles de personas se han unido voluntariamente a las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania para resistir a la invasión rusa. Esta semana, The Associated Press pasó tiempo con algunos de ellos.
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Sergiy Volosovets, un actor de 30 años, dirige ahora una unidad de 11 hombres y supervisa el entrenamiento militar de otros voluntarios en una base al noreste de la capital, Kiev, a unos pocos kilómetros (millas) del frente. Tras la formación, pueden unirse a la lucha o custodiar los puestos de control.
“Nunca pensaron que tendrían un arma en sus manos», dijo Volosovets. Pero “este deseo es el que los trajo a todos aquí».
Al inicio de la guerra, contó, los combatientes eran enviados al frente con apenas dos días de formación acelerada. Ahora, la instrucción es más exhaustiva. “Necesitamos gente consciente que sepa lo que está haciendo”, afirmó.
Entre los combatientes voluntarios hay un ingeniero de sonido de 24 años, Kostyantyn Kovalenko. “Como ingeniero de sonido, escucho los sonidos de la guerra, creo, de una forma un poco diferente», afirmó. Esos ruidos le molestan tanto como a cualquiera, pero los estudia y trata de identificar las armas. “Solo lamento no tener mi grabadora para grabarlos y usarlos en una canción patriótica», agregó.
El matrimonio formado por Anton Grom y Valya Gromovytsya, ambos con más de 30 años, se unieron a la lucha tras dejar a su hijo, de 11, con su abuela. “Quiero defender Kiev y expulsar a los rusos», dijo Gromovytsya.
Jraven Gerber es uno de los extranjeros de las fuerzas voluntarias. En un primer momento, este estadounidense de Seattle de 21 años, intentó entrar en la Legión Internacional ucraniana, pero siempre le respondían “mañana, mañana”. Impaciente, decidió buscar acción en otra parte y contactó con las Fuerzas de Defensa Territorial.
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“Creo que es mejor luchar cuando se es joven», dijo. Algunos de sus compañeros son menores que él, de 18 o 19 años, y “si ellos luchan, ¿por qué yo no?”.
El español Francisco Floro, de 30 años, trabaja en seguridad en su país y, como Gerber, vio en la defensa de Ucrania una causa justa.
“Creo que todo Occidente tiene una responsabilidad con Ucrania», señaló Floro. “Tenemos que participar en esto y contarle al mundo lo que está ocurriendo aquí».
Entró a las Fuerzas tras hablar con la embajada ucraniana en España. A pesar del drama de la guerra, Floro dijo que la vida que quiere tener es tranquila. “No aspiro a mucho más que eso”, aseguró.
Como muchos de los voluntarios, Vadym Kovalyov, un empresario local de 29 años, nunca esperó ir a la guerra. “Esta gente, mis hermanos, están en el lugar correcto”, apuntó. “Tomaron la decisión correcta de no irse al extranjero. Se quedaron con el pueblo y en nuestra tierra para defenderla”.