ISLAMABAD (AP) — Asediado por la oposición y abandonado por sus socios de coalición, el primer ministro paquistaní Imran Khan enfrenta el mayor desafío de su carrera política el jueves al comenzar el debate sobre un voto de retiro de confianza.
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Khan, un personaje pintoresco que adquirió enorme popularidad como jugador de cricket, envolvió su política en la bandera del islam. Luego de tres matrimonios y dos divorcios suele malquistarse con los defensores de los derechos de la mujer. Como primer ministro, se le ha acusado de desmanejo de la economía.
Se esperaba un discurso de Khan a la nación en las próximas horas, luego de que una serie de deserciones parecían darle a la oposición los 172 votos necesarios para destituirlo desde el Parlamento de 342 bancas. La votación está prevista para los próximos tres a siete días.
Se ha dicho que su estilo de gobierno es belicoso. Llegó al poder en 2018 con la promesa de eliminar la corrupción, a la vez que se asociaba con la vieja guardia sumida presuntamente en años de ella. Los llamaba “elegibles”, gente necesaria para ganar elecciones porque su riqueza y enormes tenencias de tierras le garantizaban votos en amplias franjas del país.
Khan también se hace ver con clérigos extremistas cuyas ideas asustan a las minorías. Un aliado de Khan, el clérigo Maulana Tariq Jameel, dijo en una ocasión que la culpa de la pandemia de COVID-19 la tenían las mujeres que usaban minifalda.
Del lado positivo, se le reconoce que ha acrecentado las reservas del país en moneda extranjera, que ahora superan los 18.000 millones de dólares. Las remesas de paquistaníes en el exterior sumaron la cifra astronómica de 29.000 millones de dólares en 2021 a pesar de la pandemia. Su fama de luchador contra la corrupción alienta a los paquistaníes en el exterior a enviar dinero. Ha reprimido el sistema extraoficial de remesas llamado Hawala.
Pero la oposición le atribuye la elevada inflación y la debilidad del la rupia, aunque su manejo de la epidemia de coronavirus le ha granjeado elogios en el mundo. La aplicación de cuarentenas “inteligentes”, centradas en zonas de elevada trasmisión en lugar de una cuarentena nacional, permitió que algunas industrias clave como la construcción siguieran a flote.
El jueves, el dirigente opositor Bilawal Bhutto lo exhortó a renunciar. “Usted ha perdido”, dijo. “Su única opción es renunciar”.